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La hispana Linda Chávez anunció anoche su renuncia a la Secretaría de Trabajo, para la que había sido designada por George W. Bush, ante la controversia generada por haber albergado en su casa a una inmigrante indocumentada. Chávez se retiró después de que se divulgase que, entre 1991 y 1993, alojó a una inmigrante ilegal guatemalteca, Marta Mercado, que realizó varios trabajos domésticos en su casa y a la que dio algún dinero.

En una rueda de prensa, Linda Chávez afirmó que presentaba su renuncia para que la controversia no perjudique a George W. Bush. Agregó que los asesores de Bush no le han pedido que renunciase e insistió que ha tomado la decisión de rechazar el nombramiento para no perjudicar el proceso de transición de la nueva presidencia republicana.

Chávez explicó que ayudó a Marta Mercado porque se lo pidió una amiga, que lo volvería a hacer y que no la acogió para que fuese una empleada en su casa. «Siempre supe que era una inmigrante ilegal», admitió. Linda Chávez indicó que, aunque «no soy la madre Teresa», siempre ha tratado de ayudar a la gente con problemas y aseguró que, pese a todo lo que ha ocurrido, «volvería de nuevo, sin dudarlo, a ayudar a Marta Mercado».

En la rueda de prensa en la que indicó que sospechaba que Mercado era indocumentada, Chávez llevó a varias personas de origen hispano, asiático y a otros a las que ha ayudado en diferentes momentos de su vida y que relataron su experiencia. «Lo que ha ocurrido aquí en los últimos días es típico de lo que pasa en Washington con la política de destrucción personal», afirmó Chávez, quién reconoció que ha cometido el error de no valorar cómo podía malinterpretarse el hecho de que ha acogió en su casa a Marta Mercado.