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FRANCE PRESS - PEKÍN Al menos 700 adeptos de la secta Falungong fueron detenidos ayer en una operación policial de especial violencia en la Plaza de Tiananmen de Pekín, donde se manifestaban pacíficamente ante miles de curiosos contra la prohibición del movimiento, respondiendo a la convocatoria del gurú Li Hongzhi. Mientras miles de personas celebraban el comienzo del Año Nuevo, los seguidores de la secta prohibida, reunidos en grupos de entre dos y diez personas, desafiaron a las fuerzas del orden durante varias horas en la plaza más grande del mundo, gritando sus eslóganes y mostrando pequeñas pancartas y banderolas rojas y amarillas, los colores de Falungong.

Los miles de policías desplegados actuaron con especial dureza y, en apenas unos segundos, irrumpieron en la plaza, empujaron al suelo a centenares de manifestantes, los arrastraron, a veces del pelo, y los introdujeron en sus furgonetas. Incluso en el suelo, los adeptos fueron golpeados, mientras miles de personas observaban la escena, poniendo aún más nerviosos a los policías. Al menos tres niños fueron detenidos en brazos de sus padres durante la virulenta operación, que se prolongó durante unas cinco horas. Los periodistas pudieron comprobar por ejemplo cómo una mujer de unos 40 años, que sangraba abundantemente en la cabeza, fue mantenida boca abajo contra el suelo por un policía que esperaba la llegada de un camión.