Los presos prendieron fuego ayer a la prisión de Estambul durante el asalto de las fuerzas de seguridad turcas.

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EFE/FRANCE PRESS - ANKARA Diecisiete personas murieron en el transcurso de la operación policial desarrollada en las cárceles turcas para poner fin a la huelga de hambre que mantenían más de 200 presos, informó ayer el ministro turco de Justicia, Hikmet Sami Turk. Quince reclusos murieron durante las operaciones, la mayoría de ellos inmolados a lo bonzo, mientras que la mayoría de los 57 heridos sufrieron quemaduras, indicó Turk. Previamente se había informado de que dos soldados murieron al ser alcanzados por disparos efectuados por los presos, que utilizaron armas de fuego contra los agentes.

El titular turco de Justicia dijo que la operación había concluido en 18 cárceles, pero proseguía en las prisiones de Umraniye y Canakkale. El ministro del Interior, por su parte, expresó su esperanza en que las acciones policiales concluyeran esta madrugada. Las Fuerzas de Seguridad turcas emprendieron una operación en 20 cárceles del país para poner fin a la huelga de hambre, que ayer cumplía su 61 día.

La huelga de hambre comenzó hace dos meses en protesta por la construcción de prisiones basadas en un sistema de celdas individuales que según los presos aumentaría su aislamiento y limitaría aún más su libertad. Más de doscientos presos, principalmente de extrema izquierda, secundaban la huelga de hambre y manifestaron que se acción tenía como objeto protestar contra la apertura de nuevas cárceles en las que se habilitarían celdas de tres personas en lugar de los establecimientos actuales que albergan hasta a 60 presos. Los huelguistas creen que esta reforma está destinada a controlarlos más y a limitar los contactos entre ellos.

El Ministerio del Interior había llamado a esta acción «Operación Regreso a la Vida», pero existe una gran preocupación respecto a que el número de víctimas se incremente cuando las operaciones hayan concluido en todas las cárceles y se presenten los resultados finales.