El encuentro entre el Papa y Haider estuvo marcado por la frialdad.

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AGENCIAS - ROMA Participantes en una marcha de protesta por la visita del líder austríaco ultraderechista Joerg Haider al Vaticano se enfrentaron ayer con policías antimotines italianos que bloquearon su acceso a la Plaza de San Pedro. Los manifestantes comenzaron a lanzar piedras y la policía respondió con gases lacrimógenos y golpeó a numerosas personas con bastones.

Unos 3.000 manifestantes, algunos portando pancartas contra Haider, se congregaron en el centro de Roma. Un grupo de unas 500 personas trataron de abrirse paso hacia la Basílica de San Pedro. Los policías bloquearon la vía que conduce a la avenida con furgonetas, formaron una falange con escudos y bastones y se lanzaron contra los manifestantes, antes de que pudieran llegar a la avenida. El enfrentamiento ocurrió en momentos en que Haider y una delegación se disponían a asistir a una ceremonia en la Plaza de San Pedro para iluminar el polémico árbol de Navidad donado por la provincia austríaca de Carinthia, de la que Haider es gobernador.

Haider, a quien grupos izquierdistas y organizaciones judías acusan de racismo, se reunió previamente con Juan Pablo II. El Papa hizo entrega de una copia de su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz en el que condena la xenofobia y el racismo, y a quien dio el rango de simple peregrino, aunque no dudó en fotografiarse con él. Haider fue saludado con un simple «buenos días» por el Papa, según precisó el portavoz vaticano, Joaquín Navarro, y después fue sentado, como un peregrino mas, aunque en primera fila, junto a la delegación austriaca. Tras la polémica desatada por la visita, que obligó al Vaticano a recordar que el abeto fue donado hace ya tres años, cuando era gobernador de Carintia un político moderado y no Haider.