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El Tribunal Supremo de Estados Unidos ordenó ayer la paralización del recuento manual de votos ordenado por el Supremo de Florida que se había iniciado unas horas antes. De esta forma el Supremo da parcialmente la razón a Bush pero anuncia que mañana, a las 10 de la mañana (15.00 GMT), escuchará los argumentos de ambas partes para tomar una decisión definitiva.

Justo unos momentos antes de que se pronunciara el Supremo de EE UU, el Tribunal de Apelaciones de Atlanta había decidido permitir el recuento manual de votos en Florida, rechazando la apelación de los republicanos, pero no permitir la certificación de los resultados obtenidos hasta que se hubieran visto todas las apelaciones en curso. Sin embargo, el Supremo de EE UU, la máxima instancia judicial del país, en una decisión muy dividida -cinco jueces contra cuatro- decidió parar por el momento el recuento y escuchar a las partes mañana.

Esta decisión del Supremo de la nación representa un nuevo balón de oxígeno para la campaña de George W. Bush, que el viernes recibió un duro golpe al decidir el Supremo de Florida que se lleven a cabo los recuentos manuales de más de 43.000 votos no adjudicados porque las máquinas no fueron capaces de «leerlos». El recuento manual de votos había comenzado en Florida ayer por la mañana y, según decidió el juez Terry Lewis, debería concluir hoy domingo a las dos de la tarde.

Los jueces del Supremo que votaron a favor de la paralización del recuento son, además del Presidente, William Renhquish, Anthony Kennedy. Antonin Scalia, Clarence Thomas y Sandra O'Connor y los que lo hicieron en contra son John Paul Stevens, Stephen Breyer, Ruth Ginsburg y David Souter.