Los manifestantes, entre los que se hallaban proetarras, levantaron barricadas cerca de la sede de la cumbre.

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M. CARMEN ROMERO - NIZA Varios miles de activistas antiglobalización recibieron ayer a los líderes de la UE en pie de guerra, con actos de protesta que derivaron en refriegas entre las fuerzas del orden y los manifestantes y provocaron el arresto de algunos agitadores y decenas de heridos. Los mandatarios de los Quince y de los trece países candidatos a la adhesión a la UE salieron de sus limusinas en medio de una nube de gases lacrimógenos, lanzados por legiones de agentes antidisturbios contra grupos de insurrectos que intentaban romper las barreras policiales y acercarse a la Acrópolis, sede de la cumbre.

El objetivo de los contestatarios era «neutralizar», es decir, impedir, el comienzo de la cumbre, decisiva para reformar las instituciones comunitarias y allanar el terreno a la ampliación. Cerca de 4.000 personas, casi la mitad españoles, participaron en las revueltas. En las refriegas resultaron heridos diecisiete policías, así como numerosos manifestantes, y dos agitadores fueron detenidos, según informó la Prefectura.

Grupos de alborotadores, muchos encapuchados, incendiaron y saquearon una sucursal de la entidad bancaria Banco Nacional de París (BNP), además de romper los escaparates de otros establecimientos, en el corazón de Niza y a menos de 500 metros de la «fortaleza» en la que estaban reunidos los dirigentes. El momento de mayor tensión se produjo durante el ataque a la oficina del BNP, cuyas vitrinas fueron pintadas de rojo con las letras «Gora ETA», en alusión a la banda armada vasca, así como con los eslóganes «Fuera el Euro» y «Queremos destruir el capitalismo».

Precisamente, entre los manifestantes más agitadores figuraban simpatizantes encapuchados de grupos de apoyo a la banda armada vasca ETA. Poco después, varios cientos de personas se agolparon ante la comisaría de Niza para pedir la liberación de uno de los jóvenes detenidos y también fueron disueltos con gases lacrimógenos. La policía cargó con esta misma arma contra otros activistas antiglobalización que estaban congregados en el Polideportivo de Niza, donde se han dado refugio desde el miércoles unas 2.000 personas procedentes de toda Europa, y varios españoles resultaron levemente heridos.