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JOSÉ TORRES - MÉXICO En el Estado sureño de Chiapas, al igual que en todo México, reinaba ayer gran expectación por la reacción del líder zapatista, «Subcomandante Marcos», a la decisión del nuevo presidente, Vicente Fox, de retirar a más de 1.500 soldados de esa conflictiva región.

Se esperaba que Fox tomara la iniciativa para resolver el conflicto, ya que así lo había anunciado durante la campaña electoral que terminó con su triunfo en julio pasado, pero sorprendió al anunciar la retirada de tropas tan sólo unas horas después de asumir el poder. El ministro mexicano de Gobernación, Santiago Creel, reveló que el nuevo Gobierno ha tenido contactos directos con los zapatistas y está dispuesto a reunirse con ellos.

El coordinador gubernamental para Chiapas, Luis Alvarez, comentó ayer que Fox demostró su voluntad de paz «con hechos» y que a la guerrilla «le corresponde ahora pronunciarse». En su discurso de toma de posesión, Fox reiteró su compromiso con la paz y anunció que el martes enviará al Congreso un proyecto de ley que recoge los acuerdos de San Andrés, firmados por el Gobierno del anterior presidente, Ernesto Zedillo, y la guerrilla en 1996, pero nunca cumplidos.

Poco después sorprendió con la orden de retirar a los militares de varias comunidades, como gesto de buena voluntad, en vísperas de la anunciada y también sorpresiva reaparición de «Marcos». El líder zapatista convocó a la prensa nacional e internacional después de seis años de jugar al gato y al ratón con los medios informativos en la selva Lacandona y tras mantener silencio desde junio. Se espera que «Marcos» expresará pronto su opinión sobre el nuevo Gobierno y hable sobre la situación de la guerrilla, que comenzó con proclamas marxistas y luego se presentó como indigenista.