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AGENCIAS - WASHINGTON La campaña de Gore persigue un nuevo recuento de 14.000 papeletas dudosas emitidas en Miami-Dade y Palm Beach, que no fueron contabilizadas. En esos votos, Gore tiene puestas todas sus esperanzas para alcanzar la Casa Blanca. Los abogados demócratas pidieron ayer al Alto Tribunal de Florida que ordene un recuento inmediato en una carrera contrarreloj por conseguir su objetivo antes de que sea tarde. Si hoy el escenario electoral se desplazará a Washington, el sábado la atención volverá a Tallahassee, donde el juez del condado de Leon Sanders Sauls determinará si se lleva a cabo un nuevo recuento de todos los votos de Palm Beach y Miami-Dade, condados en los que Gore impugnó los resultados electorales.

En principio, el juez pidió que le hiciesen llegar los cerca de 14.000 votos impugnados, pero posteriormente atendió una petición de los republicanos para que viajaran a Tallahassee todas las papeletas emitidas en ambos condados, un millón y medio. El magistrado quiere tener en su juzgado los votos y una máquina lectora para no perder tiempo en caso de que considere oportuno un nuevo recuento. Desde ayer por la mañana temprano, los 462.000 votos de Palm Beach viajan hacia Tallahassee en un camión escoltado por la Policía y bajo la supervisión de observadores de ambos partidos. Algo que ha indignado a Bush.

Los 654.000 de Miami-Dade partirán hacia el mismo destino hoy viernes por la mañana. La distancia entre Bush y Gore es de 537 votos, según certificó el pasado domingo la secretaria de Estado, Katherine Harris. Quien consiga los 25 delegados electorales de Florida, se convertirá en presidente electo de los Estados Unidos.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos tiene a partir de hoy, viernes, la palabra sobre el futuro electoral del país, una vez que haya oido los argumentos de los abogados republicanos y demócratas en relación a la validez de los recuentos manuales. La batalla judicial entra en una fase determinante a partir de este fin de semana, 23 días después de las elecciones y con los plazos para que el Colegio Electoral nombre presidente prácticamente encima. Mientras todo esto ocurre, cansancio es la palabra que define, según las encuestas, la actitud de los estadounidenses hacia estos comicios sin precedentes.