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FRANCE PRESS - JERUSALÉN El primer ministro israelí, Ehud Barak, continuó ayer con sus esfuerzos para formar un gabinete de emergencia nacional con la oposición de derechas, a pesar de que la reunión con el líder del Likud, Ariel Sharon, terminó sin resultados aparentes, reservándose sin embargo una alternativa para salvar el proceso de paz con los palestinos.

Mientras, la jornada ha vuelto a caracterizarse por los actos de violencia, que se han cobrado la vida de cinco palestinos en Gaza y Cisjordania, lo que eleva a 150 el número de fallecidos desde el inicio de la Intifada.

Barak y Sharon finalizaron su reunión de ayer sin haber llegado a un acuerdo sobre la formación de un gobierno de emergencia nacional. Las radios pública y militar precisaron que las negociaciones, que duraron más de dos horas, fracasaron por el derecho de veto que Sharon exige para todas las decisiones de un gobierno de este tipo sobre el proceso de paz y las negociaciones con los palestinos.

Un portavoz de Sharon no pudo ni confirmar ni desmentir esta información, si bien las dos citadas radios anunciaron que ambos líderes acordaron encargar al ministro de Comunicaciones, Benjamin Ben Eliezer y a un diputado del Likud, el partido de Sharon, continuar las negociaciones para encontrar una fórmula de consenso.

Por si fuera poca la tensión, Arafat declaró ayer que el levantamiento palestino contra el Ejército israelí continuará hasta que «la bandera palestina ondée en Jerusalén, capital del Estado palestino».