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EFE - SEÚL La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, llegó ayer a Pyongyang para entrevistarse con el líder norcoreano, Kim Jong Il, en un nuevo paso de distensión para la península de Corea y de apertura al mundo del régimen comunista más hermético de la tierra.

Albright, la funcionaria de más alto rango del gobierno estadounidense que visita Corea del Norte en más de medio siglo de enemistad, ha entrado en el país gracias al clima de acercamiento entre las dos Coreas inaugurado en la cumbre de dirigentes de junio y al reciente viaje a Washington del vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional norcoreana, Jo Myong Rok. Antes de la reunión celebrada en la residencia de invitados extranjeros Paekhyawon, Kim Jong Il recibió a la secretaria de Estado con un apretón de manos.

Pese a que no se han hecho públicos los detalles se cree que la jefa de la diplomacia estadounidense trató de confirmar con Kim Jong Il si Corea del Norte piensa abandonar el programa de desarrollo de misiles balísticos, así como de obtener garantías de que el país no produce armas nucleares. Hace un año, el régimen de Pyongyang se comprometió a no probar sus misiles mientras se mantuvieran las negociaciones.