El entierro de algunas víctimas palestinas aumentó ayer la tensión en los territorios ocupados por Israel.

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EFE - EL CAIRO Los jefes de Estado de la Liga Àrabe se reunieron ayer por primera vez en cuatro años, en la primera jornada de una cumbre extraordinaria, en un clima enrarecido por las nuevas muertes de palestinos alcanzados por disparos israelíes. En sus discursos de apertura, los diferentes líderes árabes coincidieron en sus llamamientos a favor de adoptar duras medidas contra Israel, al que acusan de colocar el proceso de paz en una situación crítica.

Varios de ellos también abogaron por la Yihad (Guerra Santa de voluntarios) contra el Estado judío. La cumbre tiene lugar después del fracaso del acuerdo alcanzado hace cuatro días, en la localidad egipcia de Sharm el Sheij, entre palestinos e israelíes para detener la ola de violencia que ya ha causado más de un centenar de muertos, sobre todo palestinos y varios judíos.

La conferencia fue inaugurada por el presidente egipcio, Hosni Mubarak. «Ha llegado el momento de decirle a Israel que lo que ha pasado (recientemente) ha hecho tambalearse la confianza de los pueblos en el proceso de paz», dijo Mubarak. El presidente egipcio exigió a Israel que demuestre que desea formar parte de la región de Oriente Medio, mediante el respeto a los derechos de los demás y absteniéndose de acciones irresponsables.

El líder palestino, Yaser Arafat, hizo un llamamiento para que los países árabes «olviden sus diferencias» y apoyen unidos al pueblo palestino contra la «intransigencia y las agresiones israelíes». «Nuestro pueblo de la santa Intifada (insurrección), cuya lucha no ha cesado ni cesará hasta que logremos la victoria (...) ha hecho la promesa a cada árabe, musulmán y cristiano de este mundo de continuar su batalla con todos los medios legítimos», dijo Arafat. Arafat responsabilizó al Gobierno israelí de la ola de violencia en los territorios palestinos, que, afirmó, hasta ayer ha causado la muerte de 193 palestinos y otros siete mil heridos.