Los manifestantes antiglobalización rompieron las barreras policiales que les impedían llegar al lugar de la reunión.

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MIGUEL FERNÀNDEZ - PRAGA Con un enorme dispositivo de seguridad, la policía consiguió ayer por la tarde sacar del Centro de los Congresos, donde se realiza la asamblea del FMI y del BM, a los dirigentes de esas instituciones y de gran número de gobernadores de bancos centrales y otras instituciones financieras. Un tren especial del metro de Praga se puso a disposición de los financieros para llevarles al Palacio Industrial, a pesar de que esa línea del suburbano estuvo cerrada al público toda la tarde de ayer.

En el estacionamiento subterráneo del Centro de los Congresos debieron quedarse, con chófer y todo, los lujosos coches de las marcas más renombradas que en días anteriores utilizaron para desplazarse por la ciudad. Testigos oculares afirman que con la llegada de la noche en la capital checa, empieza a reinar el caos, y algunos grupos más radicales se están dedicando a causar destrozos y daños a establecimientos como los de McDonald's, bancos, aerolíneas o simplemente a destruir por el gusto de hacerlo.

El ministro de Medio Ambiente, Milos Kuzvart, ha hecho suyas las palabras del presidente Vaclav Havel, que ayer exhortó a los manifestantes a expresar sus ideas políticas de forma civilizada y renunciando a la violencia. Kuzvart condenó también algunos excesos de la policía, que atacó sin razón alguna a manifestantes pacíficos e incluso a ciudadanos que simplemente paseaban, casos que fueron denunciados por las llamadas Patrullas Jurídicas Cívicas, que controlan la situación y disponen de un estatuto especial.

Antes de que la asamblea del FMI y el BM termine mañana jueves, se esperan nuevas manifestaciones, aunque portavoces de los adversarios de la globalización económica señalaban que el día de ayer era el más importante. Fuentes policiales calculan que en Praga puede haber unos 10.000 extranjeros procedentes de todos los países de Europa, principalmente españoles e italianos, pero también de América Latina. Al menos 35 manifestaron resultaron heridos durante los enfrentamientos y se calcula que un número similar de policías tuvo que ser atendido en los centros sanitarios.