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Ochenta y seis presos por delitos de terrorismo quedaban ayer, viernes, en libertad en Irlanda del Norte, el último gran grupo excarcelado anticipadamente en cumplimiento del acuerdo de paz para la provincia. En pequeños grupos, 78 de los presos salían de la cárcel de alta seguridad de Maze, en el este del Ulster y que se hizo célebre durante los treinta años de violencia en Irlanda del Norte. La cárcel de Maze quedó, ayer noche, prácticamente vacía, con sólo quince reclusos en su interior, y tiene prevista su clausura a finales de año.

A las puertas de la prisión esperaban desde primeras horas de la mañana varios centenares de familiares y simpatizantes de los presos; católicos y protestantes con banderas y pancartas radicalmente distintas y que se preocupaban muy mucho de guardar las distancias entre los dos grupos. Los primeros en abandonar la prisión fueron ocho miembros del grupo paramilitar protestante Fuerza Voluntaria del Ulster (UVF). En su nombre William Smith, del Partido Unionista Progresista (PUP, brazo político del UVF), explicó: «comprendemos que la puesta en libertad de los presos no será bienvenida por todo el mundo. No tenemos la intención de glorificar el acontecimiento».

Inmediatamente después quedaban en libertad doce miembros de la organización paramilitar protestante Asociación para la Defensa del Ulster/Luchadores por la Libertad del Ulster (UDA/UFF), que abandonaron la prisión con la cara cubierta y protegidos por sus simpatizantes. John White, del Partido Democrático del Ulster (UDP, brazo político de la UDA), expresó su esperanza de que ésta sea la última generación «forzada a combatir en defensa de nuestra comunidad».

Por otra parte el primer ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Mandelson, reconoció que la excarcelación anticipada de presos por delitos de terrorismo es un «trago amargo». Según Mandelson, la liberación ayer de 86 terroristas de la cárcel de Maze y de otras prisiones norirlandesas está «justificada» si contribuye a garantizar la paz a largo plazo.