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SERGIO IMBERT - MOSCÚ La crisis por el acoso del Kremlin a los «oligarcas» rusos se ahondó ayer con el embargo por la Fiscalía de los bienes del magnate de prensa Vladímir Gusinski y la desafiante dimisión del empresario Borís Berezovski de su escaño de diputado. La acción judicial y el gesto de Berezovski en protesta por la amenaza de un régimen «autoritario» coincidieron con la revelación por la prensa rusa de un maquiavélico «plan secreto» del Kremlin para imponer su «control total» en los medios de comunicación.

Según fuentes «absolutamente fidedignas» el plan incluye medidas coercitivas para «poner orden en el sector de información» y crear «un frente único de propaganda en apoyo de la dirección política del país». Coincidiendo con una nueva gira exterior del presidente ruso la Fiscalía General descargó todo su peso contra el multimillonario Gusinski, propietario del importante grupo de prensa independiente Media Most, muy crítico con el Kremlin.

La Fiscalía embargó algunas propiedades de Gusinski en Rusia y adelantó que extenderá la medida a sus bienes en el extranjero, incluidas sus cuentas, negocios en Estados Unidos y en Israel y una casa en Sotogrande (España), y al propio imperio mediático. Uno de los abogados de Gusinski comunicó que la medida afecta a su casa y una parcela situadas en la localidad Chigásovo, en las afueras de Moscú.