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EUROPA PRESS - LONDRES El desfile de la Orden de Orange que se celebrará hoy puede ser la mecha que encienda un polvorín de violencia en el proceso de Paz que esta viviendo Irlanda del Norte. La situación es complicada y desde el Gobierno británico se muestra inquietud, ya que durante los últimos dias han ocurrido más disturbios violentos que en todo 1999.

La policía del Ulster ha reconocido claramente que la situación se le está escapando de las manos, sobre todo después de que su comisario en jefe, Ronnie Flanagan, haya admitido que existe un plan de radicales lealistas para aprovechar los disturbios para asesinar a los miembros del 'Royal Ulster Constabulary'. Como medida de apoyo, el Ejército británico se patrulló estos días por Belfast, después de dos años de ausencia en la región. Para dirigir a los 2.000 hombres se encuentra ya en Irlanda del Norte el general Mike Jackson, antiguo jefe de las fuerzas británicas en Kosovo y actual comandante en jefe en el Reino Unido.

La Comisión de Desfiles reiteró el viernes, tras revisar una petición al respecto de la Orden de Orange, su posición inicial de prohibir la marcha por Garvaghy Road, la calle de Portadown que separa las zonas protestante y católica, ante el riesgo de nuevos enfrentamientos. Asimismo, mantuvo la prohibición a la Orden de marchar por la calle Ormeau, de Belfast, el próximo 12 de julio.