Un oficial israelí cierra la puerta número 93 en la frontera con el sur del Líbano, después de la retirada de los últimos carros pesados y de los soldados del Ejército israelí.

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AFP - EFE «Es la primera vez que Israel pierde una guerra, pero ésta ya estaba perdida desde el día en que se declaró», hace 23 años, considera el historiador militar Martin Van Creveld. «Como los estadounidenses en Vietnam y los rusos en Afganistán, Israel no pudo vencer a una guerrilla respaldada por la población», subraya. Según este especialista, la derrota no debería tener implicaciones en el equilibrio de fuerzas con Siria y los otros países árabes, «que saben muy bien cual es el potencial militar israelí».

Sin embargo, la victoria del Hezbolá podría alentar a los palestinos y crear un terreno fértil para una nueva Intifada (rebelión popular), en el contexto del estancamiento de las negociaciones de paz. «Israel se retiró porque nuestra población ya no soportaba pagar con la muerte de 20 soldados por año de media el precio de la presencia del ejército en Líbano, pero no se puede por ello hablar de una derrota militar», afirma por su parte Sholomo Brom, uno de los principales investigadores del Centro Jaffe de estudios estratégicos de la universidad de Tel Aviv.

El primer ministro israelí, Ehud Barak, dijo, unas dieciocho horas después de la retirada del Ejército de su país del sur del Líbano, que ayer era «un día feliz y un día doloroso». Barak afirmó que esta madrugada «ha llegado a su fin una tragedia por la que hemos pagado un precio muy elevado en vidas humanas».

«Es un día feliz porque hemos devuelto a los chicos (los soldados) a casa», dijo también el primer ministro israelí, lo que había prometido hacer en un año durante la campaña electoral que precedió a los comicios de mayo de 1999.

Horas después de la retirada, la calma reina en el sur del Líbano, donde los únicos disparos que se escuchaban eran los que realizan al aire los combatientes de la resistencia, jubilosos al entrar en los pueblos evacuados por los israelíes.

Naciones Unidas trabajará con el Gobierno del Líbano para asegurar el control de éste en el territorio que Israel acaba de abandonar al sur del país árabe y para mantener la paz en esa parte de la región, aseguró hoy el secretario general de la ONU, Kofi Annan.