El IRA pretende «facilitar» el restablecimiento del proceso de paz, según Adams (derecha).

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El Ejército Republicano Irlandés (IRA) dio ayer un fuerte impulso al proceso de paz para el Ulster al comprometerse a dejar a un lado sus armas y explosivos de forma «completa y verificable». En un comunicado cuyo contenido fue más allá de lo esperado, el IRA prometió resolver el asunto del desarme y comenzar a dialogar otra vez con la Comisión Internacional Independiente del Desarme.

La nota, calificada por diversos sectores políticos de «significativa», dejó claro que el IRA autorizará que las armas sean inspeccionadas por una tercera parte, encargada de informar sobre el desarme a la citada comisión de desarme.

Aunque el comunicado no habla de destrucción de armas, el Ejército Republicano Irlandés sí promete comenzar en unas semanas con el proceso para inutilizar sus arsenales y hacerlo de «manera que evite el riesgo para el público».

El IRA siempre consideró que la exigencia de una destrucción de sus arsenales supondría una rendición de la organización, algo que nunca se mostró dispuesta a aceptar.

El comunicado del IRA se produjo después de que los Gobiernos británico e irlandés dieran a conocer la noche del viernes un plan con el que esperan restablecer las instituciones autonómicas en la provincia para finales de este mes.

La nueva fórmula fija el día 22 para el restablecimiento de las instituciones, que estará condicionado a una respuesta positiva por parte de los partidos políticos y las organizaciones paramilitares.

En una serie de anuncios que parecían coordinados, el ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Mandelson, señaló ayer que la fecha para la entrega de las armas se retrasa hasta junio de 2001.

La fecha original del desarme contenida en el acuerdo del Viernes Santo era el próximo día 22, pero el retraso dará más tiempo para que los grupos paramilitares coordinen la entrega de arsenales.

El comunicado del IRA fue recibido con satisfacción por los Gobiernos británico e irlandés, que además anunciaron que el ex presidente finlandés Martti Ahtisaari y el ex secretario general del Congreso Nacional Africano (CNA), Cyril Ramaphosa, serán los encargados de inspeccionar la entrega de las armas.