El Partido Liberal ha quedado «descabezado» tras la renuncia de Haider a seguir siendo su líder. Foto:

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EFE - VIENA «La cuestión esencial no es la persona, sino la naturaleza de un partido político que está en el poder», aseguró ayer en Lisboa el primer ministro portugués y actual presidente de la Unión Europea, Antonio Guterres. En relación a la sospecha de que el gesto de Haider sea una maniobra política para aspirar a la presidencia austríaca en las próximas elecciones, Guterres se mostró reservado y dijo que «en este momento no hay suficientes datos para saber cuál es el verdadero significado y verdadero objetivo de esta operación política».

También la portavoz francesa de Exteriores, Anne Gazeau-Secret, aseguró ayer que la dimisión de Haider «no cambia en nada» la posición de Francia respecto al Ejecutivo austríaco, postura que fue apoyada por Bélgica, país que junto a Francia ha sido el más activo dentro de la UE en la condena al gobierno austríaco.

El ministro belga de Exteriores, Louis Michel, consideró además que «hay que mantener la presión internacional» sobre el gobierno del país alpino y advirtió de que la decisión del polémico líder austríaco puede ser una estrategia de mantenerse en la reserva para poder continuar con sus prácticas de exceso verbal. Alemania también se mantendrá firme en su postura crítica frente a Austria, y el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Andreas Michaelis, aseguró que el Ejecutivo de Berlín sigue siendo escéptico respecto a la evolución del Ejecutivo de Viena.

Tampoco Londres va a bajar la guardia. «Continuaremos la vigilancia de los actos y las declaraciones del gobierno austríaco y estudiaremos las razones para la dimisión de Haider. Necesitamos conocer todos los hechos», dijo ayer un portavoz del ministerio de Exteriores. Algo más positivo se mostró el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, quien calificó de gestos «aparentemente positivos» los últimos acontecimientos en Austria, aunque precisó que «lo que cuentan son los hechos», por lo que España «seguirá concertándose con sus socios europeos».