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El Kremlin anunció ayer la rendición en Grozni de 95 guerrilleros en un «viraje decisivo» de la guerra de Chechenia marcado por la confusión y un rotundo mentís militar.

Serguéi Yastrzhembski, ayudante especial del presidente ruso en funciones, Vladímir Putin, informó a Interfax de la entrega sucesiva de 20, 54 y finalmente 95 rebeldes, mientras la agencia oficial Itar-Tass tardó 6 horas en cubrir el acontecimiento. Yastrzhembski declaró que los guerrilleros se entregaron en Staraya-Sunzha, al nordeste de Grozni, que a los heridos se les prestó inmediata asistencia médica y que quienes no tuvieran delitos de sangre serían amnistiados.

Pero Interfax, agencia de prensa independiente con amplia credibilidad internacional, también distribuyó el mentís de un portavoz militar en Chechenia, titulado «El mando federal niega las informaciones sobre rendición de rebeldes».

Un portavoz del cuartel general ruso no mencionó nombres en su mentís, sino a «ciertos medios de comunicación» que se hicieron eco de la rendición de guerrilleros con una bandera blanca.

El oscuro acontecimiento, cuya trascendencia resaltó el propio Yastrzhembski al calificarlo de «primera rendición masiva» en los cinco meses de guerra, coincidió con la promesa de altos jefes militares de que Grozni caería este fin de semana.

También se produjo después de al menos tres declaraciones de dirigentes rusos en los últimos dos días, entre ellos el mariscal Igor Serguéyev, en el sentido de que la campaña militar estaba a punto de lograr un «giro decisivo».