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El presidente en funciones de Rusia y primer ministro, Vladímir Putin, anunció ayer su candidatura a la jefatura del Estado y dio el pistoletazo de salida a la campaña de unos comicios con varios rivales, pero sin alternativas reales. En un gesto de puro trámite, Putin declaró que oficialmente acepta ser promovido como candidato al Kremlin en las elecciones presidenciales del próximo 26 de marzo, durante una visita a la Universidad de su ciudad natal, San Petersburgo.

Putin, quien ha aceptado la oferta del dimisionario Boris Yeltsin para relevarle en el poder y es favorito indiscutible de los comicios, dijo que acepta la propuesta hecha por un «grupo de iniciativa» para promover como aspirante «a su humilde servidor». Varias decenas de líderes regionales, directores de monopolios estatales, actores, intelectuales y deportistas conocidos por su proximidad al poder se reunieron el miércoles en Moscú y promovieron al «delfín» de Yeltsin como su candidato a la Presidencia.

Para que la Comisión Electoral Central registre a un candidato hace falta que éste sea promovido por un bloque, partido o «grupo de iniciativa» y que presente por escrito su consentimiento de ser aspirante. También necesita reunir 500.000 firmas en su apoyo, la mitad de la cifra habitual debido a que los comicios son anticipados, pero los gobernadores aseguraron que el proceso ya está en marcha en sus regiones y concluirá sin problemas en cuestión de días.