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Egon Krenz, el último líder de la República Democrática Alemana (RDA), ingresó ayer en prisión, cerrando así un nuevo capítulo en la larga saga de batallas legales protagonizadas por antiguos responsables germano-orientales desde la unificación germana, hace 10 años. La lucha de Krenz por escapar a la cárcel duraba desde 1994, año en que la Fiscalía de Berlín lanzó una acusación contra él por corresponsabilidad en las muertes ocurridas en el muro de Berlín. El miércoles, el que fuera jefe del Estado de la RDA y del partido Socialista Unificado de Alemania, perdió la última batalla ante el Tribunal Constitucional y ayer se presentó en la cárcel para cumplir una condena de seis años y medio dictada en agosto de 1997.