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Rusia acusó ayer de espionaje a la diplomática estadounidense Cheri Leberknight de intentar obtener información sobre el «potencial nuclear» del país, se informó oficialmente. El portavoz del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), general Alexandr Zdánovich, anunció que una diplomática, cuyo nombre no facilitó, aunque si que dijo que es segunda secretaria de la embajada de EE UU en Moscú, había sido sorprendida «in fraganti» mientras realizaba actividades «incompatibles con su estatuto».

La agencia oficial Itar-Tass y la independiente Interfax citaron a «fuentes oficiales» para identificar a la presunta espía como Cheri Leberknight. En el listín del cuerpo diplomático, Leberknight aparece como segunda secretaria de la sección político-militar de la embajada.

Las fuentes aseguraron que Leberknight «es miembro de la CIA», la Agencia Central de Informaciones de EE UU. Borís Lábusov, jefe del servicio de prensa del espionaje exterior de Rusia, reveló que Leberknight «recogía datos sobre el potencial nuclear de Rusia» mientras que Zdánovich dijo que la diplomática estadounidense «intentaba obtener de un ciudadano ruso documentos secretos de carácter estratégico-militar».

Mientras la embajada de EE UU en Moscú declaró que «en estos momentos no tenemos ninguna declaración que hacer», el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, confió en que el incidente «no perturbe las relaciones» con Washington. Pero al mismo tiempo, Ivanov reconoció que la detención y posterior puesta en libertad de Cheri Leberknight «no contribuirá a mejorar el clima» entre los dos países.