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FRANCE PRESS - SLEPTSVOSK Una mujer y sus dos hijos, heridos por los soldados rusos que dispararon contra su vehículo, que llevaba una bandera roja, fueron llevados al hospital de Sleptsvosk (Ingushetia) por esos mismos militares, que se arrepintieron. «Los soldados están en estado de shock», según informó la enfermera principal, que recibió la semana pasada al sorprendente grupo en el hospital de Sleptsovsk, en la frontera entre las repúblicas rusas de Chechenia e Ingushetia.

«Los soldados no entendían nada, tenían a los niños ensangrentados en sus brazos», contaba. Una vez que los tres heridos fueron puestos a cargo de los médicos, los soldados reconocieron «haber sido ellos los que dispararon contra el coche en el que se hallaban los niños», según la enfermera.

Asset, la madre de los niños, de 28 años, que tiene heridas leves, pudo explicar cómo el minibus que transportaba el féretro de su marido y el el que viajaba con sus dos hijos, Aslanbek, de 6 años, y Salambek, de 2 años, fue disparado en la carretera, no lejos de Katyr-Iurt, al sudeste de Grozni, la capital chechena. «Los disparos venían, todos al mismo tiempo, de no se sabe dónde, y azotaron el minibús, en el que pusimos una bandera blanca para mostrar que éramos refugiados», contaba la mujer.

«Fui herida, pero pude coger a los niños y saltar del vehículo». Inmobilizada junto a la carretera, los soldados cogieron a la joven y la llevaron al hospital. Por el camino, los soldados «dijeron que no sabían que había mujeres y niños en el vehículo y que habían recibido la orden de dispararles», indicó Asset. Ayer, Asset, herida en las manos y en las piernas, y sus dos hijos, heridos en las piernas, siguen en el hospital, y sus médicos afirman que «sus vidas no están en peligro».

Mientras tanto, el mando militar ruso aseguró ayer que Grozni, la capital de Chechenia, caerá tarde o temprano y que para su captura no será necesario lanzar un asalto, operación que supondría muchas bajas entre los efectivos federales.