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El Gobierno belga levantó ayer una nueva alarma en la crisis de la dioxina tras descubrir tasas elevadas de PCB, elemento precursor de esa sustancia, por causas aún desconocidas, en granjas de porcino que no se encontraban hasta ahora bajo control. Mientras que la prensa de Belgiga se hace eco de la posible existencia de 300 granjas contaminadas por causas desconocidas, un portavoz del Ejecutivo indicó que, según sus informaciones, «no hay nada nuevo».

Análisis realizados en 300 explotaciones que no eran sospechosas de haber sufrido la contaminación con dioxina han dado como resultado unas tasas muy elevadas de PCB (bifenil policlorado), según publica ayer el diario flamenco, De Morgen.

La ministra de Salud Pública, Magda Alvoet, confirmó la existencia de tasas elevada en granjas que no habían sido bloqueadas y que no habían recibido alimentos procedentes de las ocho empresas sospechosas de haber provocado la crisis en el periodo que se extiende entre el 15 y el 31 de enero.

El público belga ha podido consumir productos de cerdo contaminados después de que se descubriera el escándalo de la dioxina, se lamentó ayer la ministra de Sanidad, Magda Aelvoet, que considera que esta crisis alimentaria «se ha subestimado». Así las cosas, la confusión reina en la nueva escalada desatada en la crisis de la dioxina en Bélgica a raíz del descubrimiento de un posible nuevo foco de la contaminación alimentaria.

Declaraciones cruzadas entre el primer ministro, Guy Verhofstadt, del partido liberal flamenco, que quiso quitar hierro al asunto, y la ministra de Salud Pública, Magda Aelvoet, del partido de los verdes flamencos, para quien se ha «subestimado» la crisis, agravaron la confusión.

La misma oficina de la ministra decidió enviar una nota anulando otra anterior en la que se comunicaba la decisión del ministerio de retirar del mercado productos porcinos presuntamente tóxicos. Aelvoet había anunciado unas horas antes la retirada de todos los productos con un contenido de grasa superior al 2 por ciento procedentes de cerdos sacrificados entre el 15 de enero y el 3 de junio.