Los estudiantes lanzan consignas contra el ayatolá Jamenei y apoyan al presidente moderado Jatamí.

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BEATRIZ SALAS - TEHERÀN Tres manifestaciones de distinto signo pueden concurrir hoy en la zona de la Universidad de Teherán, donde desde el pasado jueves se han sucedido los incidentes y enfrentamientos entre estudiantes aperturistas y la policía. La coincidencia de las manifestaciones, una estudiantil, pro democrática; otra de moderados islámicos, partidarios del presidente aperturista, Mohamed Jatamí; y la tercera de radicales integristas, favorables al líder supremo del país, ayatolá Ali Jamenei, puede provocar graves disturbios y enfrentamientos.

Las autoridades han prohibido toda manifestación en la capital iraní, pero los radicales islámicos, conscientes de su poder y del apoyo de las fuerzas de seguridad, frente a unos estudiantes furiosos que exigen reformas democratizadoras, pueden crear una situación de violencia difícil de controlar. En la calle, en las proximidades de la Universidad de Teherán, donde se iniciaron las movilizaciones, Ali Reza, un universitario de 23 años, afirma que «no seré yo quien frene el movimiento de libertad».

Los manifestantes intentaron ayer, con palos, piedras y armas blancas, asaltar la sede del Ministerio de Interior, al no poderlo lograr incendiaron coches y autobuses en el centro de Teherán. Los incidentes comenzaron la noche del jueves pasado, cuando un grupo de radicales atacó a una manifestación de estudiantes que protestaban por el cierre del diario aperturista «Salam».

Las opiniones de los militantes radicales pueden verse reflejadas en las de un ulema, clérigo musulmán, que no quiere identificarse y afirma tajante: «Todo son manipulaciones del enemigo», en referencia a la oposición interna y exterior al régimen islámico. Para el religioso, «quieren apartar a nuestra juventud del buen camino y ustedes, los periodistas, tienen una gran culpa de lo que pasa. Hay que escuchar al líder», el ayatolá Ali Jamenei, cabeza visible de los conservadores islámicos.