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Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que ayer decidió en Luxemburgo comenzar la reconstrucción de los Balcanes por Macedonia, han condicionado la ayuda económica a Serbia a la marcha del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic. Al término de la cumbre que ayer celebraron la UE y EE UU, el presidente Bill Clinton y el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, prometieron unir esfuerzos para reconstruir Kosovo y desarrollar los Balcanes, incluida Yugoslavia, pero cuando Milosevic no esté en el poder. Tanto Clinton como Schroeder reiteraron que Serbia no recibiría ninguna ayuda, salvo la humanitaria, mientras Milosevic permanezca en el poder.

La primera conferencia internacional de donantes para Kosovo se reunirá a finales de julio en Bruselas y una cumbre especial de jefes de Gobierno «beneficiarios y beneficiados» ha sido convocada en Sarajevo, también en julio, para lanzar el Pacto de Estabilidad de los Balcanes suscrito por treinta países, anunció Schroeder.

Con la decisión de acelerar los trámites para iniciar negociaciones con Macedonia, los Quince empezaron «a poner hilo en la aguja» de la estabilización de los Balcanes, manifestó el ministro de Exteriores español, Abel Matutes. Sin embargo, siguieron respondiendo con ambigüedad a la pregunta de dónde saldrán los fondos necesarios para la reconstrucción, al margen de una «inmediata convocatoria», en julio, de una Conferencia de Donantes en Bruselas.