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EFE - COLONIA Los Jefes de Estado y de Gobierno de los siete países más industrializados del mundo (G-7) acordaron ayer condonar en más de 65.000 millones de dólares (alrededor de 10 billones y medio de pesetas) la deuda externa de los países más pobres y endeudados del planeta. El montante global de la deuda de los 41 países más pobres se eleva a 214 millardos de dólares. «El esfuerzo de reducción será superior a los 65.000 millones de dólares», afirmó el presidente francés, Jacques Chirac, al término de la primera sesión de trabajo del G-7, reunido en Colonia. El presidente galo precisó que de los más de 65.000 millones de dólares que serán condonados a los países más desfavorecidos, 15.000 millones corresponden a la deuda pública al desarrollo. «Se trata de un esfuerzo sustancial de alivio de la carga de los países más pobres», subrayó Chirac.

Destacó que «el acuerdo para la condonación se realizó en base a dos principios: Generosidad y reparto equitativo de la carga, de tal forma que los países que más han prestado no deberán ser los más sancionados y los que menos prestaron deberán participarán más en la financiación de la anulación de la deuda multilateral contraida con Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial».

El primer ministro británico, Tony Blair, propuso que se añadiera a la iniciativa la posibilidad de incluir al sector privado en la financiación de este alivio de la deuda, aunque de forma voluntaria. La propuesta de Blair, que fue bien acogida, consistiría en crear un «Fondo del milenio» que recogería los «donativos» procedentes del sector industrial.