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FRANCE PRESS - BELFAST Un atentado acabó la madrugada del sábado con la vida de una mujer en el barrio del Ulster de Portadown, una acción que muestra la tensión existente entre los extremistas protestantes ante el bloqueo de las negociaciones para acabar con la violencia en los desfiles orangistas previstos para este verano.

Este ataque «fue deliberadamente preparado para entorpecer las negociaciones sobre el problema de Drumcree», declaró en la emisora «BBC» el primer ministro de Irlanda del Norte, David Trimble.

Protestantes y católicos mantienen este fin de semana «negociaciones para acercar» posturas sobre el desfile de Drumcree-Portadown, uno de los más conflictivos de la temporada.

El atentado de Portadown, así como el que tuvo lugar diez minutos más tarde en una casa de un barrio próximo, iba dirigido a una familia mixta, formada por protestantes y católicos, de la pequeña ciudad de mayoría protestante del suroeste de Belfast.

La policía ha atribuido estos dos ataques a «extremistas protestantes», al igual que dos atentados frustrados producidos durante esa noche en Hilltown (sur de Belfast) y en el mismo Belfast. De momento, cinco hombres fueron detenidos ayer por ser sospechosos de estar implicados en el ataque.

Según los primeros indicios de la investigación sobre el atentado de Portadown, la mujer fallecida, Elizabeth O'Neil, de 59 años de edad, murió al intentar coger una bomba artesanal lanzada en su salón para tirarla fuera.