Los últimos liberados de las cárceles de Kosovo confirman las torturas sufridas.

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Las esperanzas para cerrar la crisis de Kosovo por la vía diplomática se vieron ayer reforzadas al anunciarse ayer que el mediador ruso, Víctor Chernomirdin, volverá a Belgrado mañana acompañado, por primera vez, por su colega europeo, Martti Ahtisaari. El cambio de posición de Ahtisaari, el mediador europeo, se produjo al reiterar ayer el Gobierno yugoslavo, presidido por Slobodan Milosevic, que acepta las condiciones fijadas en el plan de paz aprobado por el G-8.

El hecho del viaje del presidente de Finlandia a Belgrado produjo expresiones de optimismo en la Unión Europea. El canciller alemán Gerhard Schroeder confía en que la solución política de la crisis de Kosovo se produzca antes de que concluya la presidencia alemana de la UE, el próximo 30 de junio. «Confío en que los esfuerzos diplomáticos que se están realizando den su frutos durante esta presidencia», afirmó Schroeder.

El canciller alemán calificó de «muy importante» la reunión que hoy celebrarán en Bonn el vicesecretario de Estado de EE UU, Strobe Talbott, el presidente finlandés y mediador de la UE, Martti Ahtisaari, y Chernomirdin, antes de que estos dos últimos viajen a Belgrado. Milosevic aceptó el viernes pasado los «principios» del plan de paz que se negocia en el marco del Grupo de los Ocho (Rusia y los siete países más ricos del mundo), aunque aún quedan muchos puntos por concretar. El plan es que la OTAN exige a Milosevic que cumpla.

Yugoslavia, por su parte, instó al Consejo de Seguridad de la ONU a «facilitar con una resolución que la solución de la crisis se traslade del ámbito militar al político», según un comunicado tras la reunión de Milosevic con altos cargos del país para analizar la propuesta de paz que le presentó el pasado viernes en Belgrado Chernomirdin.