Miles de albano-kosovares se desplazan hacia las fronteras.

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La OTAN inició ayer la segunda fase de su ofensiva contra Yugoslavia, mientras crece la preocupación por el éxodo y la «limpieza étnica» de los albano-kosovares, algo que puede convertirse en la mayor catástrofe humanitaria ocurrida en Europa después de la II Guerra Mundial.

La Alianza Atlántica comenzó ayer con el desarrollo de la Fase II de la Operación Fuerza Aliada contra Yugoslavia, que incluye el ataque a unidades militares serbias en Kosovo, según confirmó en Bruselas el portavoz del Cuartel Supremo de la Alianza en Europa (SHAPE), el general David Wilby.

La principal preocupación aliada ahora es detener la represión que las fuerzas serbias pueden estar aplicando a los albano-kosovares, y sobre la que llegan preocupantes informes desde Kosovo que han hecho aflorar conceptos como los de genocidio, limpieza étnica o catástrofe humanitaria sin precedentes desde la II Guerra Mundial.

Además, empieza a crecer el temor a un éxodo masivo de albano-kosovares, cuando miles de ellos ya han corrido a refugiarse a las cercanas Albania o Macedonia y podrían llegar a Italia y a otros países más occidentales. Según algunos diarios albaneses, las autoridades de este país incautan las armas a los refugiados quienes, a su llegada, dan testimonios de la represión serbia y de las matanzas en Kosovo.

Al mismo tiempo, miles de personas se encuentran en los montes de Kosovo, sin alimentos y sin asistencia, indicó ayer la agencia de noticias albano-kosovar Kosovapress, que ha hecho un llamamiento por Internet a la comunidad internacional para que envíe ayuda.