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La cumbre informal de la UE concluyó ayer sin «el más mínimo acercamiento» entre los Quince sobre la revisión de las finanzas comunitarias, según reconoció el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer. «No ha habido ni el más mínimo acercamiento de posiciones, lo que no significa que haya sido un fracaso», declaró.

Fischer, presidente en ejercicio del Consejo de Ministros de la UE, matizó enseguida que el encuentro de Petersberg «ha servido para clarificar las posiciones de cada uno».

Esta clarificación de las posiciones nacionales sobre cuestiones tales como las reformas agrícolas y estructurales, o la revisión del sistema de ingresos, «facilitará un resultado», según predijo el ministro, dentro del plazo previsto.

A pesar de la magnitud de los desacuerdos, los Quince reiteraron formalmente su compromiso de cerrar la negociación sobre el paquete integro de la Agenda 2000 dentro de un mes exactamente en la ciudad de Berlín.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, fue muy critico al indicar a sus homólogos de la Unión Europea que el documento presentado por la presidencia alemana como base de negociación «no refleja los debates ni las posiciones planteadas desde España», y que por lo tanto «no es una buena base de negociación para futuros debates», según informaron fuentes gubernamentales españolas.