Imagen de la reunión celebrada ayer en Rambouillet.

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EFE - RAMBOUILLET La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, declaró ayer que los serbios siguen negándose al despliegue en Kosovo de una fuerza internacional bajo el mando de la OTAN y la parte albanesa «se orienta hacia un sí» al plan de paz de la comunidad internacional.

Insistió en que «los serbios no están haciendo concesión alguna en una porción crucial del acuerdo, el anexo militar y yo he dejado muy claro que un trato a medias no es un trato. No se puede hablar sólo de la parte política. El capítulo militar es parte integrante del documento».

Preguntada acerca de si esa fuerza no podría estar encabezada por la OSCE o la ONU, insistió en que «la posición de EEUU es que tiene que ser una fuerza dirigida por la OTAN, que cooperará con los verificadores de la OSCE que ya están en Kosovo». Sin embargo, fuentes occidentales próximas a la Conferencia afirmaron el sábado que la comunidad internacional accede a una «nueva fórmula», según la cual la OTAN sería enviada a Kosovo por encargo de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa).

Mientras tanto, la parte albanesa en las negociaciones de Rambouillet «se orienta hacia un ´sí´» al plan de acuerdo propuesto por la comunidad internacional», señaló la jefa de la diplomacia estadounidense a la prensa reunida en Rambouillet.

Precisó que «los albaneses están centrados ahora en el análisis del documento político» que regirá el período interino de autonomía sustancial de Kosovo y subrayó que para ellos se trata de «decisiones muy difíciles, ya que están decidiendo su futuro».