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EFE - RAMBOUILLET El ministro británico de Exteriores, Robin Cook, acusó ayer a los serbios de estar bloqueando la Conferencia de paz para Kosovo en Rambouillet con su insistencia en que los 10 principios de este encuentro hay que firmarlos en vez de simplemente asumirlos implícitamente. A la misma hora en que Cook hacía esta declaración, los serbios anunciaron haber desistido de que la parte albanesa firmara los principios.

Los serbios manifestaron haber firmado, por su parte, esos llamados «elementos fundamentales» de la Conferencia, que exigen a los albaneses renunciar a la independencia, a cambio de que los centralistas serbios les concedan una gran autonomía.

Por su parte, la OTAN acordó ayer reforzar con más efectivos la fuerza de evacuación desplegada en Macedonia para convertirla en la «avanzadilla» de una eventual fuerza de tierra que garantizaría en Kosovo un acuerdo de paz entre serbios y albano-kosovares. El Consejo Atlántico, formado por los embajadores permanentes ante la Alianza, decidió aumentar el número de efectivos de esta fuerza de evacuación, que actualmente cuenta con 2.300 hombres y tiene la misión de sacar de Kosovo, en caso de peligro, a los verificadores de la OSCE.

Enterrados los 40 albaneses muertos en la masacre de Rakac
Los albano-kosovares enterraron ayer a la 40 víctimas de la matanza de enero pasado en Racak, que fue el detonante de una nueva iniciativa internacional de paz para Kosovo. Unas 15.000 personas, entre ellas el jefe de la Misión dieron un plazo de 48 horas para que abandonara el país, decisión que quedó «suspendida» debido a las presiones internacionales, participaron en los multitudinarios funerales.

En duelo por las víctimas de la operación militar serbia contra Racak, el pasado 15 de enero, tuvo un seguimiento masivo en medio de un silencio devastador. William Walker, jefe de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en la provincia, denunció al día siguiente, al inspeccionar el pueblo, una «masacre contra la Humanidad» y acusó a las fuerzas serbias de haber cometido una «salvajada indescriptible».