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EFE - DAVOS (SUIZA)
El vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, dijo ayer viernes que su país pedirá una «amplia y profunda reducción de aranceles agrícolas» en la próxima ronda de negociaciones comerciales, en un mensaje especial dirigido a políticos y empresarios reunidos en la localidad suiza de Davos.

Gore dijo también que Estados Unidos pedirá la total eliminación de subsidios a la agricultura, medidas ambas que han sido una larga reivindicación de países exportadores de productos agrícolas en varios continentes incluidos los de América Latina. Estados Unidos posiblemente presentará esta petición en la llamada «Ronda del Milenio» de negociaciones comerciales que podría lanzarse en la próxima reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se desarrollará en Seattle (EE UU) a finales de año.

Gore dijo que los productos agrícolas tienen actualmente unos aranceles del cuarenta por ciento y que los subsidios agrícolas cuestan a las familias europeas una media de 1.500 dólares al año. La política del Gobierno estadounidense no solo puede entrar en contradicción con la de la Unión Europea en estos dos aspectos sino en el propósito expresado por Gore de comprometerse a «garantizar el uso de biotecnología (en la producción de alimentos) sin temor a discriminación comercial».

Mientras, la polémica estuvo centrada en el sistema monetario. El director del Instituto de Economía Internacional de Estados Unidos, Fred Bergsten, afirmó ayer que el mundo se encamina hacia un sistema monetario bipolar, formado por el euro y el dólar. Bergsten, que participó en el Foro Económico Mundial de Davos, pronosticó que «en unos años, el euro va a estar al mismo nivel que el dólar», creando este nuevo marco monetario que «tendrá tremendas repercusiones en la economía mundial y la arquitectura financiera internacional».

El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, discrepó de esta idea, sin embargo, y consideró más factible que el nuevo sistema monetario sea «tripolar», incluyendo también al yen, si Japón consigue estabilizar su moneda y convertirla en divisa de cambios.