EE UU llevó a cabo ayer una serie de ataques contra Irak
comparables a los de diciembre pasado, pocas horas después de que
los ministros de Exteriores de la Liga Arabe se reunieran en El
Cairo sin haber condenado la intervención militar
angloestadounidense contra Irak, como lo exigía Bagdad. «Once
civiles murieron y 59 resultaron heridos en los ataques
norteamericanos» contra la región de Basora, según declaró el
gobernador de Basora, el general Ahmed Ibrahim Hammache.
Según la agencia de noticias iraquí, INA, «los criminales
asesinos bombardearon varias zonas pobladas en la región de Abu
Flus, así como el aeropuerto de Basora y el yacimiento
(petrolífero) Al Rumaila», en el sur del país. «En sus ataques
-agrega la agencia-, los aviones utilizaron misiles 'Maverick' que
causan una gran destrucción», mientras que periodistas que tuvieron
acceso a la zona bombardeada observaron que los daños fueron
considerables.
El Pentágono señaló que estos dos incidentes fueron en respuesta
a una nueva «provocación» de Irak, en referencia a incursiones de
aviones iraquíes en la zona de exclusión aérea. Irak no reconoce
las zonas de exclusión aérea impuestas por EE UU, Gran Bretaña y
Francia al sur del paralelo 33 para proteger a la población chií de
la posible intervención de la aviación iraquí, y al norte del
paralelo 36 para proteger a la población kurda.
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