Los iraquíes observaban ayer el cráter dejado por uno de los misiles lanzados contra Bagdad.

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ELENA MORENO - WASHINGTON Los bombarderos estadounidenses B-52 y británicos Tornado, así como cazas de la Armada de Estados Unidos, atacaron ayer objetivos iraquíes en una segunda ofensiva destinada a acabar con las armas de destrucción masiva de Irak. Funcionarios del Pentágono afirmaron que los B-52, cada uno capaz de lanzar 20 misiles crucero de largo alcance, despegaron de la isla británica de Diego García, en el Océano Indico, mientras que aeronaves de la Armada realizaron sus incursiones desde el portaaviones Enterprise, desplegado en el Golfo Pérsico.

Las sirenas sonaron dos veces en Bagdad ayer por la noche en un intervalo de tres horas en medio de un cierto caos en la capital ya que al menos cinco misiles impactaron en edificios céntricos y podría observarse por televisión que se incendiaban.

El Pentágono, en su inicial balance del primer día de la Operación Zorro del Desierto y con aviones en el aire lanzando el segundo, calificó ayer de «buenos resultados» los más de 50 objetivos iraquíes destruidos.

En los ataques aéreos estadounidenses se han alcanzado buena parte de los sistemas de defensa y de control de Irak con los misiles guiados por láser que han lanzado los aviones F-18 Hornet. Las Fuerzas Aéreas de EE UU alcanzaron «más de 50 objetivos iraquíes» durante la primera fase de la Operación Zorro del Desierto en la que intervinieron 70 aviones de la Armada y de la Infantería