Los jefes de Estado o de Gobierno de la UE sortearon ayer la
disputa sobre la financiación comunitaria con una serie de
«acuerdos de mínimos», que van desde un pacto indefinido por el
empleo hasta un simple arreglo de procedimiento sobre la Agenda
2000. El ministro español de Exteriores dijo que «las distintas
posiciones siguen estando muy alejadas», después de la primera
jornada de cumbre, y que los acuerdos adoptados hasta el momento
«son de mínimos».
«En Viena los Quince han constatado que en relación con la
futura financiación de la UE no estamos todavía en el momento de
echar las cuentas», según expresión del secretario de Estado
español para la UE, Ramón de Miguel. La Presidencia austriaca de la
UE pretende un compromiso en esta cumbre sobre la necesidad de
respetar el plazo máximo para una decisión sobre la Agenda 2000
-marzo de 1999- y sobre la idea de que «todo es negociable» y que
todas las delegaciones deberán renunciar a algo si se quiere
alcanzar el objetivo final. El tope de marzo parece algo asumido,
según palabras del ministro español de Exteriores, Abel Matutes
quien añadió que «mientras todo no esté acordado, nada será
aprobado».
El primer ministro británico, Tony Blair, aseguró que el
«cheque» que recibe desde 1984 para compensar su escaso provecho de
la política agrícola común «es innegociable». También es
innegociable para el Gobierno español cualquier propuesta que
modifique el Fondo de Cohesión, mientras que los alemanes, junto
con otros tres Estados miembros -Suecia, Austria y Holanda- siguen
adelante en su empeño de reducir su contribución al presupuesto
comunitario.
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