El candidato del PP, Llorenç Galmés, posa ante el olivo de Cort. | Jaume Morey

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Llorenç Galmés (Santanyí, 1983) lleva cuatro años en la oposición del Consell de Mallorca y asegura que está listo para ser presidente. Aspira a desbancar a la izquierda, que lleva dos legislaturas al mando, rodeado de veteranos del partido, como los exconsellers Nuria Riera y Rafel Bosch y el exalcalde de Sóller, Carlos Simarro.

¿Qué puede ofrecer como presidente?
—Un gran programa hecho a pie de calle, resultado de haber recorrido cada punta de Mallorca y contactado con mucha gente. Soluciones a todos los problemas que la izquierda ha creado. Un modelo basado en menos impuestos para recuperar la calidad de vida y el bienestar social. El equipo representa a toda la isla, con mucha experiencia municipalista y de gestión. Los 15 primeros candidatos que tenemos han estado en ayuntamientos.

¿Qué propuestas tienen que no impliquen suprimir o continuar políticas del Pacte?
—Desde el primer momento queremos acabar con los casos de explotación sexual de menores tuteladas y encargaremos una auditoría al Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) para ver qué falla e incorporaremos todas las recomendaciones del Parlamento Europeo. Haremos formación, cambiaremos el sistema de protocolos que hayan fallado y modificaremos el vínculo de los menores con sus familias biológicas.

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La izquierda ya ha incorporado gran parte de esas recomendaciones.
—Tenemos claro que no se han aplicado todas, y si ha tenido que venir una institución europea a demostrar que el sistema falla, debemos hacerles caso para mejorar. La izquierda se inventó una comisión de expertos y otra política que no está regulada por el Consell. Además, crearemos muchas más plazas para gente mayor y trabajaremos contra la brecha digital.

Las medidas de contención urbanística del Pacte no han frenado la construcción, que ustedes quieren incentivar. ¿Hasta dónde pretenden crecer?
—Con el miedo y la inseguridad que han creado, la gente ha construido por miedo a perder su valor patrimonial; si no podían edificar, han vendido a extranjeros que sí tenían capacidad. Esto ha hecho que se construya más rápido y los ayuntamientos están colapsados de solicitudes. Podemos y Més prometen prohibir la construcción en rústico y la gente correrá a pedir licencia. Quien tenga dos quarterades tiene que tener la opción de hacerse una casa; sin presión y con tiempo. Nuestro modelo es el de la seguridad jurídica del Pla Territorial Insular anterior a la modificación, no el de ahora que está hecho con criterios electoralistas.

Han fijado un tope al crecimiento de plazas turísticas, pero la masificación es mayor que nunca. ¿Faltan más turistas?
—Con el principal sector de Mallorca no se puede jugar y ha habido ataques turismofóbicos de la directora insular de Turisme diciendo que los visitantes británicos no eran bienvenidos. No podemos crecer de manera ilimitada porque debemos querer y preservar la isla, pero no compartimos un decrecimiento turístico, como anuncia la izquierda antes de elecciones. Defendemos el límite de crecimiento que la izquierda aprobó en 2019 en base a la ley del PP de 2012.

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