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En Impulsa Balears cerramos un año en el que hemos concentrado una buena parte de nuestros esfuerzos en proponer y facilitar el avance hacia un ‘sistema turístico circular’ en Balears. Se trata, a nuestro modo de ver y, de cada vez más actores, de una apuesta de desarrollo regional valida, pues permite atajar cuestiones tan importantes como:
• Forjar nuevas ventajas competitivas -recordemos que Balears mantiene una posición competitiva muy mejorable en el ranking europeo-.
• Reorientar el liderazgo turístico –hallando la forma de traducir nuestra madurez en sofisticación para garantizar la continuidad del turismo en las islas–.
• Asegurar las aspiraciones de progreso y bienestar de la sociedad balear –revirtiendo la erosión de los diferenciales negativos de renta per cápita respecto del entorno europeo que hemos ido ampliando los últimos veinte años.

Y sí, es verdad, que para todas estas cuestiones no existe la ‘magia’. No es menos cierto, que existen combinaciones ganadoras que, con grandes dosis de pensamiento estratégico e inteligencia colectiva, pueden suponer un punto de inflexión en la senda de desarrollo balear. Particularmente, la apuesta de transitar hacia un ‘sistema turístico circular’ combina tres puntos fuertes:
• Un as estratégico: la economía circular. Un nuevo paradigma de producción y consumo que abre una interesante vía de progreso para mejorar la eficiencia, redoblar los esfuerzos en innovación e integrar la sostenibilidad en el core de las estrategias públicas y privadas
• Una gran baza que jugar: el sistema turístico. El amplio abanico de instituciones, activos, capacidades, factores sociales y actividades económicas que conjugamos en el archipiélago para responder y beneficiarnos del fenómeno del turismo deposita un diverso y profundo know-how que apela, ya sea directa o indirectamente, a todos los actores del territorio.
• Y lo más importante, la posibilidad de formular una nueva visión de futuro: un futuro regenerativo para Balears. Una forma de romper con inercias y postulados anteriores, de manera que las islas, pongamos por caso en 2050, son una región que pone el foco del progreso en la naturaleza y las personas para alcanzar nuevas aspiraciones de bienestar.

De momento, ya existen iniciativas en el tejido balear que invitan a pensar que los preceptos de la economía circular son conocidos y aceptados por una parte importante de los actores que, tanto desde la esfera pública como privada, operan en nuestro sistema turístico.

Así pues, convertir en estrategia la apuesta de transitar hacia un ‘sistema turístico circular’ en las islas invita a los distintos actores (empresas, administraciones y demás entidades) a hilar, desde este momento, sus propias ‘agendas de tránsito’, las cuales, bajo una gobernanza adecuada, confluirán en el ‘roadmap circular’ de Balears.

Se trata, sin duda, de un desafío nada desdeñable que demanda nuevas soluciones de inteligencia que permitan guiar, seguir y retroalimentar la estrategia. Con esta finalidad hemos puesto a su disposición de los actores regionales, i|circular, una nueva solución de inteligencia económica orientada a monitorizar el proceso de tránsito y que permiten seguir tanto el despliegue de líneas acción como el desempeño circular logrado en seis ámbitos que consideramos prioritarios: Agua, Energía, Alimentos, Materiales, Movilidad y Territorio-mar.