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En otras ocasiones se ha analizado aquí el dicho «Sell in May and go away», lo que se traduciría en «vende en mayo y lárgate». Tras unos primeros meses de 2023 muy positivos en bolsa, especialmente el primer trimestre, la tentación de seguir este cliché habrá sido muy grande entre los inversores. Si nos atenemos a las bolsas europeas, el que haya salido habrá acertado: el DAX alemán, el IBEX, el EuroStoxx, el MIB alemán, el CAC francés y el FTSE británico han caído fuertemente, en concreto un 1,62%; 2,06%; 3,24%; 3,79%; 5,24% y un 5,39%.

A pesar de estas caídas (y las de abril), como se puede ver en el gráfico, siguen con rentabilidades que rondan, y en algunos casos superan, el 10%, con la excepción del índice británico que ha entrado en números rojos este año. A pesar de tener poca tecnología, que como veremos es la clave de este mes de mayo, el IBEX no ha sido de los peores índices este mes. Además de Grifols (+16,36%); Fluidra (+6,44%) y Mapfre (+5,88%), algunos bancos como CaixaBank (+2,24%) y las empresas turísticas han aportado rentabilidad positiva el selectivo. Sin embargo otros como BBVA (-7,97%) o Santander (-4,44%) han restado aunque lejos de las pérdidas del 11,28% y del 9,94% de Solaria y Acciona, las peores del IBEX en este mes.

Como se ha anticipado, la tecnología ha tenido un papel muy importante este mes y en Wall Street se ha dejado notar: mientras el Dow Jones ha perdido un 3,49% (y también ha entrado en terreno negativo en 2023), el S&P ha cerrado en tablas (+0,25%), mientras que el tecnológico Nasdaq ha conseguido revalorizarse un 7,61% en un solo mes, alcanzado el 30% de rentabilidad en 2023.
Las caídas del año pasado, en algunos casos (empresas de calidad con poder de fijación de precios y con poca deuda) injustificadas (analizamos el sector en esta sección hace dos semanas), los resultados empresariales (en especial los de la fabricante de microchips NVIDIA) y el auge de la Inteligencia Artificial han hecho que se despierte el apetito por comprar este tipo de empresas.

También en Asia se deja notar este efecto: mientras que Shangai o Hang Seng (Hong Kong) han perdido un 3,57% y un 8,35%, el Nikkei japonés y el Kospi coreano, índices con mucho peso en tecnología (aunque el caso del Kospi muy poco diversificado por el impacto de Samsung) han ganado un 7,04% y un 3,02% respectivamente. Tampoco se han quedado atrás el Sensex indio (+2,57%) y el emergente americano por excelencia, el Bovespa brasileño (+3,74%). Ahora la duda entre el inversor es clara: ¿ya ha subido demasiado la tecnología? Pero no es la única: ¿son solventes los bancos tras los problemas en EEUU?, ¿cómo afectará la Guerra Comercial entre China y EEUU tan vinculada a semiconductores?, ¿y las subida de tipos adicionales? Desde luego pueden ser demasiados ruidos para las próximas semanas en las que, además, estaremos huérfanos de resultados empresariales que tanto han aupado a las bolsas. Por el contrario, la tendencia sigue siendo alcista este año, y a veces, es perjudicial ir en su contra.