Aguiló es reticente a la “ideología 2030”. | E.C.

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El economista Josep Ignasi Aguiló, profesor de la UIB, considera que implantar el modelo del donut, lejos de aumentar el bienestar de la población, lo reduciría. Indica que la pandemia ha conllevado el inicio de la desglobalización productiva y un mayor intervencionismo, procesos que reducen los niveles de vida. Añade que, al contrario de lo que pensó Adam Smith, el crecimiento económico no necesita consumir cantidades crecientes de recursos materiales, ya que «el único recurso imprescindible es la mente».

«Las propuestas de Kate Raworth van en la línea de la Agenda 2030, que contribuye a afianzar ideológicamente dos fenómenos, un mayor grado de control gubernamental de la actividad económica y una reducción del grado de globalización. Fenómenos que conllevan una disminución de los niveles de vida. Se trata de fórmulas plausibles, aunque hay que tener en consideración que los procesos de decrecimiento o estancamiento económico tienden a exacerbar los conflictos entre grupos sociales o entre estados. Cuando se produce el estancamiento o el decrecimiento, las mejoras de unos suponen el empeoramiento de las condiciones de otros, lo que puede desembocar en conflictos. Esos conflictos, en situaciones extremas, significan guerras, tal como ya estamos experimentando. La ideología 2030, más allá de lo loable de sus objetivos, puede convertirse en una especie de religión laica que, tal como ocurrió con el cristianismo, facilite la aceptación generalizada de la reducción de los niveles de vida. Por otra parte, personalmente pienso, y creo que todavía la mayoría de economistas, que la protección del medioambiente y la protección social lejos de conseguirse con el decrecimiento económico, necesita de éste», señala.

«Por otra parte, desde su implementación a mediados de los años 40, el PIB ha estado cuestionado por su excesivo economicismo. Incluso la ONU propuso, ya hace más de 30 años, la creación del Índice de Desarrollo Humano, en el que trabajó la autora, como alternativa. Se viene elaborando desde las últimas decadas con una repercusión limitada. Es decir, se pueden utilizar y se utilizan macromagnitudes alternativas. Balears las podría adoptar», concluye.