Cinco miradas al desafío de Rusia: el riesgo obligará a activar cambios

Participaron María Inés López- Ibor, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense; Adolfo Utor, presidente de Baleària; Inés Juste, vicepresidente de la CEOE; José Bogas, consejero delegado de Endesa, y Antoni Riera, director técnico de la Fundació Impulsa Baleares.

Estuvo moderado por Paula Serra, editora de la publicación, que logró cerrar el panel con cierta dosis de optimismo cuando preguntó a los ponentes cómo veían a Balears en este complicado contexto económico y geopolítico. Todos ellos coincidieron en que la situación no es fácil, pero en que hay futuro para las Islas.

José Bogas, Consejero delegado de endesa

El representante de la compañía energética aseguró que esta situación compleja hace más necesario transformar el modelo energético de España para avanzar hacia modelos sostenibles, para lo que pidió cambios legislativos. ¿Su apuesta? «Más transición energética, más renovables, menos gas y    más eficiencia energética». Bogas se mostró convencido de que Putin tenía ideada la invasión desde hace tiempo –justo cuando el fin de la pandemia provocó un aumento exponencial de la demanda energética en todo el mundo y especialmente en Asia– y cree que Europa se dio cuenta demasiado tarde de la amenaza. «Ahora estamos en una situación compleja porque estamos dando a Rusia recursos económicos con la compra de energía y alimentando así una guerra que deberíamos evitar», dijo. «Las sanciones económicas eran para disuadir y no hemos sido capaces de disuadir y por eso la guerra se antoja hoy más global izada por sus efectos económicos y de más larga duración, lo que nos lleva a un escenario muy complejo, al que se suma la disrupción de la cadena de suministros, la subida de la inflación y la subida de tipos de interés para contener la inflación», alertó. Se mostró crítico con la decisión de subvencionar el precio de la energía y también se expresó en contra de la excepción ibérica en las tarifas energéticas. «La fragmentación de las políticas energéticas no es buena. Cuanto antes tengamos una política común europea en materia de energía, antes saldremos de esta».

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Inés Juste, vicepresidente de la CEOE

La representante de la principal asociación empresarial de España recalcó que el tejido empresarial del país se está viendo seriamente afectado por la guerra sin haberse recuperado del todo de la pandemia. «La confianza de los empresarios y de consumidores se ha deteriorado y eso provoca una revisión a la baja de las perspectivas empresariales». Incidió en que han desaparecido miles de empresas durante la pandemia y aseguró que el principal «caballo de batalla» es la escalada de precios y los confinamientos en China, que están favoreciendo un cuello de botella en las relaciones comerciales mundiales. «Confiamos en que el repunte de inflación haya pasado su parte más crítica y a mediados de año se recupere porque si no es una gran amenaza». También detalló que el sector económico de España y el tejido empresarial se enfrentan a varios retos, entre los que mencionó la falta de digitalización de las empresas y de la sociedad en general, que complica la productividad del comercio electrónico. Señaló que la mejora del talento es el segundo desafío, ya que debe aumentar el número de trabajadores con habilidades tecnológicas . «Las empresas necesitan seguridad jurídica y estabilidad institucional, un entramado institucional confiablesin miedo a lo que pueda ocurrir desde el poder legislativo que haga sus empresas inviables», detalló con respecto al último desafío.

Adolfo Utor, presidente de baleària

u«A la ministra le digo que es necesario renovar la flota de buques en un ámbito que se ve mucho más afectado por el reto de la descabornización que el transporte por carretera y el ferroviario», señaló el presidente de Baleària, Adolfo Utor. «Queremos renovar esa flota para acabar con las emisiones, pero necesitamos ayudas porque eso puede penalizar a Balears como destino turístico», añadió. Fue una de las reclamaciones del presidente de la naviera, que alertó de que esta renovación de la flota, junto con la subida de los carburantes, puede provocar una subida de las tarifas. «Hasta ahora hemos contenido precios y, en algunos casos, se han bajado, pero esto cambiará y se va a tener que producir un ajuste. Por eso hay que prestar atención al transporte público marítimo, porque ahora lo resuelven empresas privadas», dijo. «Nos las prometíamos muy felices cuando acabó la pandemia con todo el dinero que llegaba de Europa para nuevos conceptos de transporte, pero de repente cae como un jarro de agua fría la invasión    de Ucrania y obliga a ‘resetear’ todo de nuevo»    por el aumento del las materia primas, de la inflación y del combustible. Insistió en que el transporte marítimo es esencial y recordó que la economía de las Islas depende en gran medida de la  «eficiencia» del transporte marítimo, que se traduce en que los productos tienen que llegar en un plazo de 24 horas.

María Inés López-Ibor, catedrático de psiquiatría

La catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense, María Inés López-Ibor, señaló que un 15 % de personas tendrán un problema de salud mental a lo largo de su vida y una de cada cuatro familias sufrirá en algún momento esta situación. El año pasado hubo un millón de suicidios en toda el mundo, de los que 3.000 se produjeron en España y 300 de ellos eran menores, según detalló la catedrática. Pese a todo, la tasa de suicidio en España está muy lejos de países como Rusia. Los problemas de salud mental han provocado un    aumento en el consumo de ansiolíticos y antidepresivo, más entre las mujeres «porque los hombres de automedican con alcohol», señaló. «Las situaciones de desastre y catástrofe nos afectan porque suponen una disrupción severa:afecta a personas sanas y empeora a los que ya estaban enfermas». «Hay que crear sistemas sociales fuertes, pero también debemos crear individuos fuertes para que el ciudadano sea consciente de sus limitaciones y de sus capacidades», recalcó. También incidió en el papel que juegan los medios de comunicación a la hora de explicar estas situaciones de ruptura.

Antoni Riera, director Fundació Impulsa

«Hemos pasado de la incertidumbre al riesgo, pero los economistas preferimos manejar el riesgo y no la incertidumbre», aseguró Antoni Riera, de la Fundació Impulsa. «Esta es una guerra de desgaste y, si hablamos de riesgo y de desgaste, hablamos de que los diferenciales de crédito aumentan». Alertó de que se prevé una leve caída de la economía con respecto a las previsiones iniciales, pero recalcó que el crecimiento estará por encima del cero por ciento. «Lo que ahora preocupa es que, en un escenario de guerra, siempre se pierde. Cada ronda de sanciones tendrá consecuencias. No seremos la economía más afectada, pero esta guerra nos va a impactar», afirmó. Añadió que hay    riesgos financieros para países como Francia o Italia, que pueden terminar afectando a Balears, pero también hay riesgo para importantes y exportaciones. Sin embargo, precisó que los escenarios de riesgo esconden oportunidades, especialmente vinculadas a la agenda 2030.