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En las últimas semanas, las bolsas están mirando con detenimiento los datos de inflación. En función de éstos, los banqueros centrales de todo el mundo (en Canadá ya ha empezado) podrían iniciar el mediático tapering. Es decir, ir reduciendo estímulos monetarios para que los tipos de interés suban.

La situación no debería ser negativa para el IBEX que, sin embargo, ha sido adelantado (el CAC francés continua en cabeza) en 2021 por el MIB italiano, el EuroStoxx y, por momentos, el DAX alemán.

Parecía que los años de ver a nuestro selectivo a la cola de Europa habían acabado, y aunque le faltaría mucho terreno por recuperar, el ciclo económico le era favorable.
Sin embargo se ha vuelto a quedar rezagado. ¿Motivos? Una recuperación demasiado fuerte desde noviembre para el entorno de las empresas, o la vuelta a temas políticos que no ayudan (subidas de impuestos, medidas contra las eléctricas o el conflicto con Indra), pueden ser una explicación.

Sea o no casualidad, las tendencias se suelen frenar en soportes (las bajistas) o en resistencias (las alcistas). En este caso ha coincidido con el intento de perforar la resistencia de 9.200 puntos.

En caso de conseguirlo el punto de mira de los inversores estaría en 9.800-10000. De lo contrario, el siguiente soporte está en 8.430.

Para poder ver una reactivación, las principales compañías deben ir en esa dirección, y muchas de ellas también están en niveles clave.

Inditex, que esta misma semana ha logrado presentar beneficios trimestrales tras las pérdidas provocadas por la COVID, lleva varios días por encima del nivel de 31,30 pero le cuesta acercarse a sus máximos históricos (siempre descontando dividendos) de 33,30. Hay que estar vigilantes porque en caso de perder estos precios, el siguiente soporte ya estaría en 29,50-75.

Iberdrola es una de las empresas más perjudicadas por las últimas decisiones políticas adoptadas. Ha perdido el soporte de los 11,10; en estos momentos intenta aguantar el de los 10,55 pero si tampoco lo logra (no es muy sólido) el próximo ya estaría en 10,05-10.
Telefónica, una de las peores compañías del selectivo en los últimos años, está intentando reconciliarse con los mercados con ventas corporativas y con visión ESG. Actualmente está intentando romper la resistencia de 3,98-4 euros para poder poner sus miras en los 4,92; si finalmente no lo consiguiera, el suelo más cercano se sitúa en 3,45.

Los dos grandes bancos deberían ser los más beneficiados por el cambio de ciclo y, de hecho, la tendencia desde noviembre está siendo muy buena.

BBVA está acercándose a los 5,25 desde un “campo base” situado en 5. En caso de romperlo el objetivo se colocaría en los 6 euros; si no, y los 5 euros tampoco funcionan, tendría que protegerse en 4,80. Santander también está en “terreno de nadie” entre dos niveles clave para definir su futuro: o llegar a 3,78 y romperlo, o intentar aguantar los 3,14.

Por último, Melià ha sido de las turísticas menos afectada por el “veto” británico e incluso está intentando consolidar el importantísimo nivel de 7 euros; de continuar podría fijarse en los 7,90-8, pero si no lo lograra ya tendría el siguiente “suelo” en 6,14-6.