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Aunque la próxima semana se verá cómo han evolucionado las bolsas en verano, sí se puede decir que la volatilidad ha sido la nota dominante. Este concepto es muy utilizado en los mercados financieros ya que es un factor determinante a la hora de calcular el riesgo de una inversión, no en vano hay carteras (gestiones discrecionales, fondos de inversión o sicavs) que tienen limitada su volatilidad anual para proteger a los inversores.

De forma técnica se puede definir como la variación que sufre un activo respecto a su media en un momento determinado, normalmente sobre un año natural, aunque hay cálculos a más años.

En esta sección se ha intentado desmontar mitos o frases hechas como “Sell in May and go away” (vende en mayo y lárgate) o “en agosto la bolsa siempre baja” y se ha mostrado cómo se han dado meses de verano muy buenos; por ejemplo el IBEX (uno de los peores índices de los últimos años) subió un 13,35, 16,62 y 10,13% en un único mes en julio de 2010, junio y julio de 2012 , y meses de periodos “compradores” muy malos (el peor mes de esta década es en noviembre de 2010 con una caída del 14,29%).

Durante este año, desde que comenzó esta época “popularmente” vendedora, se ha visto un mayo malo, un junio bueno, un julio mixto y agosto está a punto de cerrar.

Sí se puede afirmar que el periodo estival es muy volátil. La explicación es muy simple: hay menos operadores y por tanto con menos dinero de compraventa se puede provocar movimientos más fuertes de mercado, para bien o para mal. Por lo tanto quien no quiera “sustos” debe estar más protegido, pero hay que tener en cuenta que se generan oportunidades cuando las bolsas caen irracionalmente.

La cuestión es si el miedo al brexit, la guerra comercial, Alemania o Italia es irracional o el mercado ya ha descontado el peor de los escenarios y hay que seguir más los buenos resultados de las compañías cotizadas.