“IBClústers surge como una necesidad ante la crisis”

IBClústers pretende transformar la sociedad a través de la innovación y convertirse en motor de la transformación económica y social, basada tanto en el conocimiento como en la experiencia. Además, prioriza fomentar la colaboración entre empresas, instituciones y agentes públicos y privados para dar respuestas conjuntas a retos estratégicos en los que la respuesta individual es insuficiente.

Monserrat, presidente de Turistec, ha asumido también la presidencia de IBClústers con ilusión. Está convencido de la bondad del proyecto.

- ¿Qué es un clúster?
- Un clúster es una asociación, sin ánimo de lucro, que surge habitualmente desde una organización gremial. En Balears, se crearon como entidades de colaboración público-privada. La teoría del clúster señala que surge por la necesidad de impulsar el desarrollo de un territorio. Se fundamenta en la teoría de la triple hélice: el sector público, el privado, y la educación y la investigación. Están muy arraigados en Estados Unidos y en el Reino Unido. En España llegamos a los clústers con retraso, aunque funcionan muy bien en Catalunya o el País Vasco.

- Y ahora IBClústers.
- Surge como una necesidad ante la crisis. Nosotros, en Turistec, por ejemplo, habíamos trabajado con la Cámara de Comercio en temas de internacionalización. Dentro de la comisión de innovación de la Cámara se comenzó a hablar de la necesidad de articular bajo una única voz todos los procesos de innovación de Balears. Era necesario que todos nos pusiéramos de acuerdo. Así, decidimos crear una organización nueva, con más de 200 empresas, que tuviera capacidad de lobby. Este nuevo posicionamiento nos permite ampliar mucho la capacidad de atraer fondos europeos para la innovación.

- ¿Cuándo se constituyó el primer clúster en Balears?
- El primero fue el de tecnologías de la información y la comunicación aplicadas al turismo (Turistec), que se constituyó en enero de 2008. En aquel momento, el Govern de les Illes Balears impulsó una política de clústers y se crearon unas líneas presupuestarias que hicieron posible el nacimiento de otros cinco clústers, hasta completar los seis que conviven en la actualidad. La creación de estos clústers permitió que las empresas nos pudiéramos empezar a reunir en torno a una mesa, no como una patronal sino con criterios de cooperación.

- ¿Qué beneficios tiene para una empresa formar parte de un clúster?
- La política de clústers surge con aportaciones públicas durante tres años. Después, la idea es que los clústers ofrezcan al sector público proyectos que puedan ser susceptibles de ayudas del estado o de Europa.

- ¿No hay desconfianzas y recelos entre las empresas que forman parte de los clúster?
- Ha sido la mayor dificultad que hemos superado. Hoy, ha quedado atrás. Durante la crisis, la financiación para los clústers quedó reducida a cero y, además, fueron desapareciendo empresas. En 2011, en Turistec, decidimos que la experiencia de colaborar con otras empresas es un valor muy importante. Apostamos entonces por privatizar el clúster. Al final, el clúster es una especie de conseguidor de recursos públicos para desarrollar proyectos de las empresas que lo forman.

- IBClústers también tendrá sus gestores, ¿no se están duplicando gastos?
- No. Cada proyecto tiene su ámbito. Algunos no saldrán de cada clúster y otros sí estarán en el portfolio de IBClústers por su carácter multidisciplinar. En Europa hay miles de millones para innovación. Con IBClústers será más fácil conseguir financiación.

- ¿Y qué papel juega la UIB?
- La Universitat es clave, puesto que una de las patas más importantes es la investigación. Además, la UIB ha acogido con entusiasmo IBClústers y está desarrollando un papel muy activo. Ha visto una oportunidad.