Una de las primeras fotos promocionales de la empresa la tomó Nando Esteva en el Gran Hotel Son Net.

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En 2010 cogió el último vuelo diario de British Midlands de Mallorca a Londres y pensó que tenía que hacer algo para que los residentes en la isla no se aislaran de Europa. Poco tiempo después, Clive Jackson era el CEO de Victor, una empresa de alquiler de jets privados que lleva tres años creciendo anualmente un 143%. Una idea de negocio que nació en Mallorca y que está dando la vuelta al mundo: su próxima delegación estará en Asia, después de instalarse en Londres (donde está la sede), California y Nueva York. En agosto la empresa cumplió su cuarto aniversario.

“Somos como Uber para jets en todo el mundo”, explica Jackson. Victor alquila jets privados a través de su app, en su página web (www.flyvictor.com) y por teléfono. Tiene 40.000 socios y más de 1.400 aviones disponibles, ninguno en propiedad. Su negocio reside en ofrecer los aviones privados de “ricos” mientras no los utilizan.

VOLAR CON EL PERRO. El consumidor al que se dirigen es una persona que quiere volar “ahora” y que quiere escoger la destinación, la hora y el modelo de avión, desde pequeños modelos para cuatro personas hasta Boeing 747. Victor dispone de una flota de más de 1.400 aviones en todo el mundo y el cliente puede volar desde cualquier punto del planeta hasta donde quiera, incluso es posible hacer una reserva con solo una hora de antelación.

La demanda funciona a través de su web o su aplicación móvil, donde se puede ver la disponibilidad de rutas para el día escogido, los precios y los aviones disponibles. El precio medio de los vuelos demandados en Victor es de 4.500 euros, aunque cada reserva depende de la fecha, el modelo y sobre todo la distancia.

De este modo, Victor deja atrás su idea de negocio original, que consistía en compartir el vuelo para repartir gastos. La empresa se encargaba internamente de coordinar pasajeros que querían hacer el mismo itinerario. Ahora este servicio no se presta, aunque quien hace la reserva puede “invitar” a quien quiera. El servicio de jets de Victor es famoso porque no pone ningún inconveniente a pasajeros que quieran llevar a su perro. La mascota puede subir dentro del avión libremente.

Lo que sí ofrece todavía son vuelos con descuento, lo que se llama en inglés empty legs, mucho más baratos. Se trata de viajes programados que no se utilizan (solo está reservada la ida y aprovechan para vender la vuelta, o al revés).

“Nosotros proveemos una combinación de high touch y high tech. High tech es la aplicación y high touch es el contacto por mail. Nuestro trabajo en Victor es asegurar que la calidad de los servicios está a la altura de los clientes, y si no lo está, y a veces no lo está, lo arreglamos”, comenta. Clive Jackson se refiere a la provisión de los servicios, que no lleva a cabo directamente su empresa sino que se encarga cada operador, cada jet por su cuenta. “Si el cliente quiere alguna cosa especial”, recuerda, “cuando reserva lo dice a Victor, y Victor al operador. En viajes transoceánicos hay más peticiones singulares, como una marca de vino en concreto, la marca de zumos, o la de helado. En cambio, en viajes por Europa se conforman con champán, canapés, sushi y cosas así”.

LOS PROPIETARIOS. “El 85% de los aviones son de gente rica o compañías ricas. Un avión no es lo mismo que un Ferrari, que si no lo conduces durante dos meses, está aparcado. Si tienes un avión y no lo utilizas durante dos meses, es un problema, son muchos problemas y muchos gastos”, afirma. “Tus pilotos tiene que realizar como mínimo cuatro despegues y cuatro aterrizajes cada 25 días. Deben hacerlo, y si no tienen que ir a practicar con el simulador. Entonces el coste de tener un avión es inmenso”, añade.

De este modo, Jackson echa cuentas acerca de la enorme utilidad para los propietarios de que su jet pueda ser utilizado cuando ellos no lo necesitan: “Si yo lo utilizo 40 veces al año, el avión hace unas 250 horas de vuelo al año. Pero en realidad es capaz de volar 1.000 horas. Si puedes alquilarlo 400 horas más, tienes unos ingresos con los que puedes pagar a los pilotos, el aparcamiento, etc.”

RELACIÓN CON MALLORCA. La relación de la empresa con Mallorca no es muy estrecha, pero sí peculiar, cuenta Jackson, que vivía en la isla cuando ideó el negocio. “Luego me tuve que ir por la complicación de que no hubiera vuelos”, explica el empresario, que ahora vive en Londres.

En el mes de julio se registraron 1.167 vuelos en total en jet privado a Eivissa. De ellos, 442 eran de propietarios y el resto, 725, chárter. Victor operó 20. En Mallorca, en el mismo mes, 773 vuelos fueron en jet: 248 en aviones en propiedad y 525 en vuelos comerciales chárter. Victor también operó 20.

Y en agosto los datos fueron muy similares, con un total de 788 vuelos en Mallorca y 1.149 en Eivissa, lo que representa un 11% de incremento interanual.

“Los dos primeros trabajadores de la empresa son de Mallorca, porque es donde yo empecé el negocio”, explica. Uno de ellos es el fotógrafo Nando Esteva, que hizo las primeras fotos promocionales de la compañía en el Gran Hotel Son Net, un viñedo de Santa Maria y Puerto Portals.

“No existe un único perfil de cliente que viaje a Balears, llega gente de todo el mundo”, analiza, aunque añade que Londres es un punto emisor fuerte. En estos momentos, Eivissa es la tercera destinación más demandada en su empresa, por detrás de Niza y Ginebra. Según el CEO de Victor, gran parte de sus clientes son hombres de negocios que utilizan su servicio para reunirse, sin embargo Eivissa forma parte de los viajes de placer.

También tres de sus primeros accionistas viven en Mallorca. Durante el último vuelo BMI de Mallorca con destino Londres se quedó siete tarjetas de viajeros frecuentes. Antes de empezar el negocio contactó con ellos y les explicó la idea, y tres de ellos inviertieron en Victor. Lo mismo hizo con otro grupo de gente en Inglaterra, que le ayudaron a ver las bondades y los desafíos de su idea de negocio.

PLANES DE FUTURO. Victor cuenta en la actualidad con 74 trabajadores entre Londres y Estados Unidos y opera 200 vuelos al mes. “Mi reto ahora es, en un periodo de seis a nueve meses, doblar el tamaño de la compañía”, garantiza Jackson. Su plan de expansión pasa por instalarse en Asia a finales de este año, aunque duda entre Bangkok (Tailandia) o Kuala Lumpur (Malasia). Después se instalarán en Dubái, para en unos años volver a Europa para instalar un gran hub. La empresa cuenta actualmente con una inversión de 30 millones de dólares y el año que viene espera llegar a los 75. Tres cuartas partes de los accionistas son clientes habituales. Uno de ellos es Elton John. Según apunta el periódico británico Sunday Times la empresa de Jackson facturó 7,9 millones de libras el año pasado.

Victor no está interesado en el mercado de yates, “porque la decisión es vacacional y es una decisión mucho más complicada”. También porque el mercado de los yates en términos de transacciones es “mucho menor” que el de los jets privados, que en la actualidad mueve 19 mil millones de dólares al año.