¿Cómo recibe este homenaje?
—Con mucha gratitud hacia todos los colegas que han hecho posible este libro. Eso demuestra que tengo unos amigos ejemplares con los que he compartido muchas de las investigaciones que aquí están inventariadas y hemos creado un vínculo de complicidad que ahora queda demostrado que era firme. Asimismo, he tenido mucha suerte de poder trabajar en aquello que me gusta, tanto desde el punto de vista de la docencia como de investigación, creación y crítica literarias. Todo mi trabajo, en su conjunto, está entremezclado. No sabría decir qué parcelas predominan sobre otras. Tal vez la investigación, que está más ligada a la profesión, sobre todo a la universidad, donde entré en 1984.
En el libro se cuenta que el primer libro no escolar que se compró fue en los encants de Palma, conocido como «es baratillo», y contenía El amante liberal y Rinconcete y Cortadillo, de Cervantes.
—Sí, estaba en una mesa llena de libros en un puesto del mercadillo, que en aquella época estaba cerca de Plaça Porta d’es Camp. Yo debía de tener 16 años. Fue gracias a que tuve una excelente profesora de literatura española en el Institut Ramon Llull que empecé a sentirme cómodo con la asignatura. No fue hasta más tarde que tomé conciencia de la importancia de la cultura catalana.
Fue a clases de Francesc de Borja Moll en Palma y, en Barcelona, asistió a las conferencias de Gabriel Ferrater. Aprendió de los más grandes.
—Sí, tengo la sensación de que encontré un buen profesorado y disfruté de un buen contexto cultural cuando me fui a estudiar en Barcelona. Recuerdo que todos los estudiantes teníamos muy mitificado a Ferrater. Era un personaje bohemio, un hombre grande, siempre vestido con americana, que impartía unas conferencias brillantes desde el punto de vista de la oratoria. Tenía una gran capacidad de seducción.
Se inició en la docencia en 1975 y en Sant Josep Obrer, cerca de Son Gotleu. Teniendo en cuenta la época y el lugar, no debió de ser nada fácil...
—Sí, pero el año anterior estuve sustituyendo a Antoni Amorós en colegios religiosos, como La Milagrosa y La Immaculada. Había bastante conciencia política de profesores: Julio Jurado, Esperança López, Ramon Parra, Ramon Canet... No recuerdo que tuviéramos alumnos problemáticos, pero sí es cierto que había un sector filoanarquista que se ha perdido mucho y que se reunía en el bar Talaiot Corcat, que estaba al lado de la Plaça de les Columnes. De allí salió el movimiento de ocupación de sa Dragonera, por ejemplo. Para celebrar la muerte de Franco fuimos de excursión al Massanella.
Es que, por desgracia, reivindicar la lengua catalana es un posicionamiento político...
—Así es. Me sabe muy mal tener que formar parte de un gueto reducido. Es terrible. Somos minoría y tenemos que estar continuamente justificándonos. Llevamos cincuenta años discutiendo por los mismos temas y lo cierto es que vamos a peor, al menos socialmente hablando, porque nos estamos convirtiendo en una minoría marginada. Cuesta mucho esfuerzo vivir en catalán todo el día.
Formó parte del jurado de los Premis Ciutat de Palma en distintas ocasiones.
—Sí. Lo cierto es que tiene muy mala fama ser jurado y es verdad que hay de todo. También formé parte del jurado que otorgó el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes a Joan Veny en 2015. Si estoy orgulloso de algo es de haber participado de ese jurado, así como también del que premió las novelas Sara i Jeremies, de Sebastià Alzamora, y Cap d’Hornos, de Neus Canyelles. En estos tres casos he pensado: ‘ha valido la pena’.
Ahora que se acerca una nueva edición, que incluirá de nuevo el castellano, ¿qué opina de ese bilingüismo?
—Estoy en contra de la presencia del castellano, sobre todo porque la función de las instituciones es fomentar el uso de la lengua catalana culta. Así que me parece trágico.
Su última novela, Diable de Byron! ganó el Ciutat de Palma Llorenç Villalonga, pero en el libro se habla de una inédita. ¿Piensa publicarla?
—Es una novela que escribí hace unos cuantos años. Lo que pasa es que la novela tiene un inconveniente: me desnudo demasiado. No sé cómo reaccionaría la gente al leerla. No sé si me quiero exhibir tanto...
¿De qué trata?
—Es bastante dura. Podríamos decir que es paraliteratura, entremezcla vida y literatura, de los años que estudié en Barcelona, aunque es pura fabulación, con una gran dosis de autoficción. Las narraciones internas de uno de los protagonistas, que es escritor, tienen tintes surrealistas. En conjunto forma un cóctel que no sé muy bien qué resultado daría. Así que es una novela que existe, que está en el ordenador, durmiendo plácidamente.
Tal y como se señala en el volumen que le dedican, se inició en la creación literaria de forma tardía.
—Era una asignatura pendiente. Sin embargo, siempre he pensado que no me alejaba demasiado de ella, teniendo en cuenta que, por ejemplo, había escrito biografías, que son novelas de vidas, o estudios, en los que me imaginaba que era un espectador en una obra de teatro. Las urgencias relacionadas con la investigación y la docencia retrasaron la aparición de mi faceta como novelista. Por otra parte, haber vivido mucho antes de novelar me ha ido bien. No siento que haya llegado tarde, al contrario, tenía dudas de si sería capaz de escribir novela y la verdad es que estoy satisfecho conmigo mismo.
60 comentarios
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ca de bouTens una obsessió malaltissa contra es catalans! Catalunya té una tradició industrial que venia des segle XIX, i també Mallorca tenia indústria abans de descobrir es negoci suculent des turisme de masses. Foren es mateixos empresaris industrials mallorquins qui abandonaren sa producció de béns i passaren an es negoci des turisme de masses, molt més rendible per ells a costa d'importar mà d'obra barata de manera continuada… fins que hem arribat a una saturació insostenible, tant econòmicament com socialment, amb una caiguda constant de sa renda per càpita.
un mallorquí de ca'n picafortTienes razón, si se hubiesen destinados los recursos que se destinaron a Cataluña, a partir de los años 50, habría regiones que se podrían haber dedicado a otras actividades económicas y no solamente al monocultivo turístico. Otro victimismo catalanistas como la actual para verse favorecidos en el reparto de los presupuestos.
ca de bouTambé menteixes respecte de s'Estatut d'Autonomia. Sa Constitució Espanyola permetia dos mecanismes per arribar a s'autonomia: s'article 151, aplicat a ses "nacionalitats" que havien votat un Estatut d'Autonomia durant sa II República (posteriorment s'hi va afegir Andalusia), que requeria aprovar s'Estatut per referèndum; i s'article 143, aplicat a la resta de comunitats, que aprovaren s'Estatut d'Autonomia per via parlamentària però sense referèndum. A ses Illes Balears mos va tocar s'article 143 perque no érem una "nacionalitat", i no ho érem perque no havíem votat un Estatut d'Autonomia durant sa II República, i no l'havíem votat per falta de nacionalisme. Sí, per falta d'aquest nacionalisme que tenen es catalans i es bascs i que tanta ràbia te fa. Mira per on! Tanmateix, s'experiència de quatre dècades i busques de democràcia ha demostrat que assumir sa denominació acadèmica de 'llengua catalana' a s'Estatut d'Autonomia de ses Illes Balears fou una bona decisió. A Catalunya ningú discuteix sa denominació de sa llengua ni ses "modalitats" (que també en tenen) i això no evita que hi hagi una minoria activista contra sa llengua catalana. A València feren oficial sa denominació popular de "valencià" i també hi ha una minoria espanyolista activista —i fins i tot violenta— que envesteix sa llengua des valencians fort i no et moguis. Per tant, si s'Estatut d'Autonomia de ses Illes Balears anomenàs sa llengua catalana d'una altra manera, ets espanyolistes contraris a sa llengua i partidaris de sa castellanització seríeu exactament es mateixos i mouríeu brega igualment. Només milloraria un aspecte: hauríeu de fer espanyolisme a cara descoberta i sense embulls, perque ja no podríeu enfrontar falsament es mallorquí contra es català com feis ara. Hauríeu d'enfrontar es castellà contra es mallorquí —o es menorquí, o s'eivissenc, o es formenterer, o es balear— ben igual que a Catalunya l'enfronten contra es català i a València contra es valencià. Seríeu igualment espanyolistes, però a cara descoberta i sense excuses de mal pagador.
ca de bouSempre intoxicant i mentint, però debades perque tots sabem que eren es reclutes castellans qui insultaven es catalanoparlants anomenant-los "polacos", sense distingir entre mallorquins, menorquins, pitiüsos, catalans o valencians.
ca de bouSempre intoxicant i mentint. Eren es reclutes castellans qui insultaven es catalanoparlants anomenant-los "polacos", sense distingir entre mallorquins, menorquins, pitiüsos, catalans o valencians, perque no els entenien.
Cansado de este circoSe llame mallorquín o catalán hay gente que simplemente odia todo aquello que no sea hablar castellano. Esa gente (habitualmente forasters) debería darnos las gracias por darles de comer en vez de prohibirnos hablar SA NOSTRA LLENGO.
ca de bouTal vez España estaría mejor si no se hubiera centrado en tener una economía basada únicamente en ser camarero y servir tapas a turistas por 1200€ al mes :) Pan para hoy, hambre para mañana!
ca de bouQuè tens contra es sindicats? Sense sindicats, ses condicions laborals des treballadors serien molt pitjors, perque cada treballador per separat està en inferioritat de condicions respecte de s'empresari a s'hora de negociar un contracte laboral.
un mallorquí de ca'n picafortTodo el mundo tiene el derecho a buscar un mejor nivel de vida para su familia. Te piensas que en los años 50-70 si no se hubiesen dado las inversiones estatales, por no decir del generalísimo, se hubiesen instalado las fábricas que hasta ahora algunas sobreviven a pesar de los sindicatos. Según el expresidente Jordi Pujol "no se es de donde se nace, sino de donde se pace". ¿Trató de ovejas a los que levantaron con su esfuerzo a la España de la postguerra?. Tal vez no hubiésemos padecido las restricciones si no se hubiesen llevado las reservas de oro, las segundas a nivel mundial, a Rusia. Oro que NUNCA se devolvió.
Cansado de este circoEl problema no es haber publicado una gramática normalizada, sino los dineros que una entidad catalana ha invertido en llevarnos al punto que estamos. Ejemplo lo tienes en 1978 en que un abogado de los muchos que tenía está entidad, precisó negociar que lengua era la materna de estas islas para que figurase en nuestro estatuto que no nos dejaron votar porque sabían que el pueblo no lo aceptaría. La negociación le salió muy lucrativa dentro de la cadena de mando de la entidad en Baleares.