El Gall recopila en un libro canciones «rescatadas» del olvido de Antoni M. Penya

El sello mallorquín publica este nuevo volumen, del cual se ha hecho cargo el filólogo Josep Nicolau Perelló

Una fotografía de Antoni M. Penya.

TW
0

Quien más quien menos, todos los mallorquines ubicamos a Pere d’Alcàntara Penya, legendario escritor, periodista, músico, urbanista, cartógrafo y pintor de la segunda mitad del siglo XIX. Lo que muchos no sabíamos es que su primogénito, Antoni M. Penya, contribuyó decisivamente a la preservación del folclore oral mallorquín, con la publicación primero de Rondayes de Mallorca (1895) y después de Cansons Populars Mallorquines (1896).

Este último volumen, en el que recopila un millar de gloses y canciones populares transmitidas oralmente, producto de un ingente trabajo de campo bajo las directrices del Arxiduc Lluís Salvador, ha sido reeditado recientemente por la editorial El Gall. La edición, a cargo de Josep Nicolau Perelló, graduado en Filología Catalana y doctorando en la UIB, añade el subtítulo Un tesoro olvidado del folclore de Mallorca.

A pesar de su valor literario y cultural, reconocido ya bien entrado el siglo XX por estudiosos como Rafel Ginard o Josep Massot i Muntaner, con el tiempo tanto el autor como su legado no han sido suficientemente reconocidos. Sin embargo, más de un siglo después de su muerte, Josep Nicolau Perelló ha centrado sus investigaciones en la figura de Penya y en la recopilación de su obra. Con este volumen, recupera una pieza clave en la historia de la folclorística mallorquina y pone en valor la contribución de Penya como pionero en el estudio y preservación de la cultura popular de la Isla.

El filólogo Josep Nicolau Perelló se ha encargado de esta edición.
El filólogo Josep Nicolau Perelló se ha encargado de esta edición.

«La reedición surge de una propuesta de Caterina Valriu, catedrática de Filología Catalana de la UIB, a quien consulté para hacer mi trabajo de final de grado», explica Perelló. «Ella ya había estudiado mucho la figura de Antoni M. Penya. Sabíamos que tenía un papel importante en las ‘rondalles’ del Arxiduc, pero que también tenía otras obras, como este cancionero, que habían recibido menos atención», indica.

Histórico

«El volumen tiene gran importancia histórica porque es uno de los primeros compendios de canciones publicados en Mallorca, y son muy pocos los cancioneros de estas características recopilados por intelectuales reconocidos de la época. Otro dato interesante es que el manuscrito original venía encabezado por unas pequeñas líneas en que el autor habla de la obra y explica que recibió la ayuda de otros intelectuales, que le cedieron canciones. Entre ellos, destaca Maria Antònia Salvà, que era muy joven por aquel entonces. Es el testimonio más antiguo del interés de Salvà en las canciones populares, una pasión que fue trascendental a lo largo de toda su vida», subraya.

«Una de las cosas que más me gusta del cancionero es su planteamiento, antiacadémico en muchos aspectos desde la perspectiva actual, pero que da lugar a una obra muy sencilla, humilde y clara», destaca Perelló, quien incide en el «escrito inicial en el que Penya destaca el papel fundamental de los trabajadores del campo como transmisores de la tradición oral, la importancia de la poesía popular y la belleza del paisaje. Cuando yo tenía 18 años, esta obrita idílica y sencilla me sirvió como introducción a la investigación, me inspiró y me enseñó que detrás de cada composición, por pequeña que sea, hay mucho conocimiento y riqueza lingüística, y todavía podemos aprender mucho de ellas hoy en día», concluye.