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La fusión de arte contemporáneo y gastronomía es una apuesta segura, el público «lo demanda». Por eso, no es de extrañar que el Art Palma Brunch de este sábado, que organizan desde la asociación Art Palma Contemporani, fue todo un éxito.

«Estamos muy contentos, ha habido muy buena afluencia de público y ambiente», ha revelado el presidente de la entidad, Fran Reus, desde el espacio que lleva su nombre en el Paseo Mallorca. Más de una veintena de galerías se sumaron al evento, además de nuevos espacios independientes y el regreso al programa oficial de centros institucionales como el Casal Solleric o La Misericòrdia. «Queremos seguir trabajando todos juntos», ha apuntado Reus.

Y aunque el Art Palma Brunch arrancó en torno a las once de la mañana, no fue hasta bien pasadas las doce cuando el público se hizo notar, el ‘hambre’ de arte, nunca mejor dicho, se ha palpado en las galerías y también en las calles, con un ir y venir constante.

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El punto de partida oficial tuvo lugar, precisamente, en el Casal Solleric, que tras años fuera del programa, ayer regresó por todo lo alto con atractivas propuestas de Tomeu Ventayol y Tony Oursler, además del resto de exposiciones del centro. Allí se han citado las autoridades y algunos galeristas, como el presidente del Consell, Llorenç Galmés; la vicepresidenta y consellera insular de Cultura, Antònia Roca; el secretario autonómico de Cultura del Govern, Pedro Vidal, y el coordinador del área del Ajuntament de Palma y director del Solleric, Fernando Gómez de la Cuesta, entre muchos otros.

Ambiente

Muy cerca de allí, en la calle Tous i Maroto, la galería Gabriel Vanrell ha exhibido la colorista obra de Tomeu Morey con buen ambiente, y a dos pasos, en la calle Verí, la Pelaires rebosaba de asistentes con interesantes apuestas: Girbent, Gabriel Pericàs y Juan Giralt. Para su responsable, Frederic Pinya, el balance de este Art Palma Brunch «es muy positivo, es un gusto ver a Palma disfrutar del recorrido por las galerías y una vez más queda vigente que este plan es un acierto, con muchas familias y niños, soy un gran defensor del ‘brunch’ porque ‘consumir’ arte contemporáneo es muy importante».

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La misma estampa se repetía en la calle Sant Jaume, con los espacios de Xavier Fiol y Pep Llabrés. El primero mostró las últimas creaciones de Tomás Pizá, y el segundo la del colectivo 2Monos –Nicoletta Mantoan y Alejandro Dumon–. En estas galerías no cabía un alfiler, al igual que en la Fundació Barceló, donde los estudiantes de la escuela Adema desvelaron sus trabajos bajo el comisariado de Mónica Galván.

El gentío se hizo también palpable en la calle Sant Feliu, con una galería Kewenig hasta los topes, y también en la Plaça Porta de Santa Catalina y el Passeig Mallorca, con llenos de Aba Art y Fran Reus. También fue un éxito las propuestas de las galerías más alejadas del centro, como Fermay o L21, así como Tube Gallery, en Pere Garau, el espacio independiente Stain o el nuevo Art & Design District Palma, con piezas de Francesca Martí en La Soledad.

Por su parte, la Part Forana encontró su sitio en La Misericòrdia, donde se pudieron visitar exposiciones de las galerías Maior (Pollença), La Bibi (Establiments) o el CCA Andratx.