Llorenç Marquès (Leonmanso) posa con su primer poemario, 'Tot està escrit' (Llentrisca), que presenta este jueves por la tarde en Rata Corner. | Teresa Ayuga

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¿Es Leonmanso el que ha escrito un libro o lo ha hecho Llorenç Marquès? Ambos son la misma persona, asegura el conocido artista menorquín, que debuta en el panorama editorial con el poemario Tot està escrit (Llentrisca Edicions). Lo presenta este jueves por la tarde, a las 19.00 horas, en Rata Corner (Palma), acompañado por su compatriota Damià Rotger.

«Leonmanso es una creación, es como si una parte mía física se hubiera personificado, para dar nombre a un proyecto musical», razona Marquès, que recoge en Tot està escrit letras de canciones que ya forman parte de su trabajo discográfico, así como otras que nutrirán su próximo disco, que todavía no sabe cuándo verá la luz ni con qué título. «Me gusta mucho la sensación de curiosidad de la gente que me escucha, de que haya cosas por descubrir. No soy una persona que diga exactamente todo lo que hace todo el tiempo, sino que soy más relajado. Soy una pequeña isla, que puedes descubrir si te apetece, pero tengo mi mundo caótico. Quien lea el libro o quien me pregunte descubrirá las canciones nuevas, pero no me interesa dar información muy explícita desde el principio», razona.

Por otra parte, el poemario cuenta con un epílogo de Joan Miquel Oliver (Antònia Font), quien apunta el reto que supone crear una buena canción que cuente una historia. Coincide Marquès: «Mi reto personal es que quiero contar muchas cosas en una canción y, además, no soy un virtuoso de la guitarra. Diría que soy un contador de historias que se acompaña de una guitarra. ¿Cómo meter todo lo que quiero contar en un tema de cuatro o cinco minutos, sintetizar tanto una historia?», aclara.

Sobre la estructura del libro, dividido en tres partes, Ahir, Avui y Demà, el autor explica que se debe a la variabilidad de los días. «En la primera hay canciones que hablan más de la soledad, por ejemplo, hay una dedicada a un amigo que ya no está, entonces me sabía mal colocarlo en 'ayer', porque forma parte de mi vida todavía. Así que me ha costado mucho seleccionar y ordenar las canciones. Cada persona, alguien conectará con las de ayer y otros con las del mañana. Pero lo que importa es que todo es ahora y todo lo que importa es este momento», aclara.

«Un día me puedo levantar con ganas de escribir una oda a la Coca-Cola y otro una canción de amor o de rabia. Para mí escribir es una extensión. Aquí están mis partes más dolorosas, cosas que no me he atrevido a decir en voz alta. Muchas son canciones que no han podido salir en los discos, que han ido llenando carpetas enteras a lo largo de los años. El libro me ha dado la posibilidad de empezar de cero, por eso ha sido liberador para mí, una experiencia catártica. Me hace mucha ilusión que alguien pensara que era buena idea publicar este poemario», reconoce.